miércoles, 24 de agosto de 2016

El enemigo en el ordenador. Relato experimental





                                               EL ENEMIGO EN EL ORDENADOR
                                                                                         
                                     (relato experimento literario)

Ramon Fernández Palmeral . Alicante 1998




               17´35 h, del 5 de Enero.
        (correo electrónico)
          Texto:
          «Amigo lector, el autor de este libro se llama Tomas Ado  y a pesar que pone mucha voluntad no tiene ni idea de lo que es literatura ni escritura creativa, además no le soporto, le odio a muerte, no sé cómo vengarme de él, seguro que te preguntarás quién soy yo para asegurar esta afirmación, tengo mis motivos, llámame personaje de ficción, que aún no tienen nombre,  he podido escapar de las páginas del ordenador para descubrir comunicarme contigo, para hacerte cómplice de los artificios, mentiras y artimañas Ramón.  El criminal acaba siendo el lector ¡no me jodas!»                        
       Segundo mensaje: «Odiado autor, sin dos puntos y aparte, ni trincheras de signos gramaticales que nos distancien, enemigo de tres disparos,  quiero arruinarte escritor de mierda, vengarme de ti por haber hecho de mí un asesino. Sí en tus novelas siempre me mandas matar a alguien. Mi venganza será descubrir tu secretos literarios, tengo mis motivo: no quiero ser tu mano ejecutora, tu psicópata particular»
Respuesta: «¿Quién eres? Si no te identificas interrumpe la emisión.» 


Tercer mensaje:    «Interrumpiré mis correos cuando me parezca, ahora estas buscando esa libretilla donde tienen anotadas frases copiadas o metáforas coleccionables,   diccionario de ideas afines, preestablecidas anotaciones, a lo mejor  tú, en tu subconsciente sabes que no das para mucho pero lo intentas, deseas un premio para ue te reconozcan, te quieran, elevar tu vanidad...,  un día dorado de septiembre, sublimación, éxtasis y agonía de un verano sediento...,  ¡no!, para, no sigas escribiendo, contesta por qué  me has creado deforme, bajito, calvo, tapón regordete y con gafas para la miopía, no has cumplido lo que me prometiste de que crearías para mi un personaje de mito  literario universal como El Quijote o un personaje seductor a las mujeres, evidentemente se me olvida que no tienes más capacidad mental.  ...y de un anhelo de agua; más bien vino a aumentar el recelo por los extraños...    Vale, tú sigue copiando la página 16 de “Volverás a Región” de tu admirado Juan Benet, de Ediciones Destino.
        Tú jamás contabas con los fracasos editoriales, con las múltiples novelas inéditas que te devolvieron con la coletilla de lamentamos no poder publicar su novela, nuestro programa de publicaciones... tal tal y tal.., y eso a mí qué eso a mí no me importa, es tu problema, si no te publican que te jodan. ¿Acaso, tengo yo la culpa de tus fracasos? por ello ahora me metes a ser un asesino de ficción, el protagonista de tus relatos.  Te investigaré hasta descubrir tus tejemanejes de mal padre y peor esposo, de hipócrita en la vida social de la que te has rodeado, no cesaré, no descansaré hasta descubrirte..."
   Me mande un Wasap……….




                                                   I

             

                               ORGASMO DE THELÉMACO
                                                 
   ¡Thelémaco, abre los ojos!, -repite una voz grabada del despertador electrónico que está en la mesilla de noche-. Despierta, sal de la cama, sin mirar que en su misma cama hay un cuerpo de mujer, va al cuarto de baño y se limpió los dientes, sale a la calle y, asombrado, me encuentro que la gente anda con las manos, boca abajo, se da con las manos en la cabeza, como ajustándola, cada vez tiene más complicadas alucinaciones, vuelen las alucinaciones de siempre, regresa a casa y se pongo a lee el correo electrónico. No hay ningún mensaje para él y se pone a escribir.
        Thelémaco estuvo jodiendo toda la noche con aquella mulata, camarera de un bar  de la calle 54, sin saber cómo, al sobresaltarle la voz des despertador, la mulata estaba muerta a su lado, pero él no podía recordar nada.  Salió a la calle, la gente andaba con las manos y cuando regresó del apartamento la mulata ya no estaba.
         No soy capaz de concentrarme en esa novela. Has jodido y has matado qué más quieres.  Miro por la ventana, la lluvia es un servicio público, por qué llueve tanto, sería cuestión de pedir la dimisión de alguien del Gobierno, porque hay que ver cómo se me van a poner  los folios donde está escrito mi nombre, escrito con bolígrafo azul,  telegrafiado, recortable de mierda... ¿ah, pero todavía no me he presentado...?    Ni la Casa de Bernalda Alba ni hostias, genio Lorca, carácter fuerte de la madre, ni entelequias lorquianas en martinete de San Juan, y manifestaciones de gente que clama al sordo cielo de un punto de mira lejano una solución a su inseguridad manipulada y real que clama al azul que entra por mi ventana, no sabes hacer la "o" con un canuto,  me  medían  para humillarme, nunca llagarás a nada, le dijeron a Juan Benet, el ingeniero de caminos y de plumas estilográficas ganó más fama después de muerto que en vida. Estoy vacío, no tengo nada que escribir, así no puedo interesar a nadie, tal vez, lo mejor sea escribir por escribir y publicar a los sesenta años de haber nacido. Cortázar publicó a los cuarenta.
        Un molino de viento es un gigantesco reloj de viento, las aspas las manillas (el fiel de las horas), el eje es nuestro ombligo, los ombligos son cráteres de bombas explosionadas cuando toda nuestra piel estaba extendida como una masa de arcilla dispuesta a tomar forma androide o quizás estemos equivocados y no sea más que una muesca que, como las botellas fabricadas en serie (no tengo ideas después de lo que he visto en la calle),  tienen en su parte inferior: restos de un molde divino, porque no quiero pensar que el ombligo no sea más que eso: restos o la huella del tacazo que dio el órgano sexual de mi padre, el enchufe deshuesado, inútil y cegado.  Si la torre Eiffel tuviera aspas sería el molino de viento más grande del mundo, un molino manchego emigrado a París con la maleta de madera llena de lágrimas... Los humanos llevan en la mano izquierda y algunas veces en la derecha una pulsera con esfera que marca las horas para llegar a tiempo de nada.
         Esta mañana el sol acudió cinco minutos tardes a su amanecer cotidiano sobre las lomas de la Axarquía. Mi amiga Edipa se  ha despertado  más temprano de lo que en ella es habitual, en la cama pienso...


      17¨45 h. Día 5 de Enero.                                              I
        Texto: ««Amigo lector, no te duermas, estás muy cómodo leyendo en la cama, ¿estás seguro que el autor no te ha dejado pruebas falsas o un revólver debajo de la almohada? Mira debajo de ella y después sigue leyendo. Acabas de empezar a leer una historia policíaca y thrilller de Ramón Fernández con un final increíble, en esta historia, lo quieras o no el asesino resulta ser tú, el lector, así, como lo oyes, que Dios te pille confesado, un escritor con una mete retorcida, exacta., su problema es que tiene una amiga Edipa en Nerja, escritora, a la que quiere titar de en medio y no sabe cómo, pero no te fíes, cuida cada una de sus palabras,  seguro que te va a engañar en todo lo que pueda y te culpará a ti. Sería mejor que tomaras otro libro como “El camaleón sobre la alfombra” de JJ. Armas Marcelo, selva donde no pasará nada. Si optar por seguir leyendo “El sueño lúdico” caerás en su trampa, cuídate, será mejor que seamos cómplices y vayamos al unísono contra el autor, tiene una memoria minuciosa, nunca aprendió a decir una verdad, no sabe, luego no digas que no te advertí, nadie mejor que yo para guiarte, yo soy una de sus víctima encerrado en el asco de sus libros, en el caso sin retorno de un libro,  de sus ficciones, de sus sueños de escritor, cada vez que le parece me saca a la palestra, a mí que soy su peor enemigo, desde no sé que armario de su cerebro y me llama por mi nombre: Thelémaco, un asesino novelesco pero, en definitiva, un asesino, no tengo cuerpo, me sustenta unas cuantas definiciones de un mal retrato, tantas veces me ha nombrado o me ha metido en situaciones comprometidas, en sus novelas o en sus relatos que me creo de carne y hueso, real cual mordisco en un labio, no obstante sí es cierto que al menos poseo una memoria y si tengo una memoria,  ¿a caso no merezco un cuerpo?
        Hoy no me ha sacado de las mazmorras de sus fantasía, le ha  tocado a otro poner el cuello, exponer el cuello es lo que a nadie le gusta, aseguraban los verdugos medievales antes de dar un tajo, y es que me encoges el cuelo y así no hay forma.  Al día siguiente  y empiezas a trabajar con otro personaje nuevo, me quiere dejar en el olvido. Como si dejar una trilogía policiaca fuera tan fácil.  Ya no te sirvo, y ahí te quedas igual que un klinesssssss.  No te podrás librar de mí. Soy tu memoria. La memoria,  ese jaguar que se viste con abrigo de leopardo,  es un depósito de fragmentos rotos de nuestras vidas también fragmentadas y no vueltas a vivir, una tempestad de lágrimas, un lago de orines, un recuento de huellas fosilizadas como la de los dinosaurios, ahí petrificada como una muestra de una existencia pasada que no quiere desaparecer (la persistencia de las huellas es la resistencia al monstruo del olvido), un casillero con las llaves de todas las habitaciones en las que se encierra un huésped misterioso, un apartado de correos que guarda en cada carta un mensaje indescifrable, o esas miserias que arrastramos como la bofeteada inocencia de una infancia  aceptada como algo normal (creía que el miedo, la humillación, el esfuerzo del estudio eran así de crueles), y a la vez queremos cambiarlas, mejorarlas, justificarlas, con la pretensión de que nunca existieron las humillaciones, los castigos, el abuso de la autoridad paternal o la zapatilla de goma convertida en látigo justiciero, un diario que guarda una autobiografía  arreglada, un espejo al que sobornamos cada día para que no nos devuelva nuestra imagen.  Los pensamientos son evocaciones de memorias que se comparan entre sí para generar nuevas memorias, dice Alberto Ferrús".
         Por favor, maldito Thelémaco, no e entrometas en mi pantalla,  sé que eres tú otra vez, interfieres en mi pantalla de ordenador, encabalgas con mis escritos, te pido que respetes a mis lectores si es que tengo alguno. Si sigues así  te convierto en Jack el destripador. No soy capaz de concentrarme.     No soy capaz de terminar de leer la novela de Luis Goytisolo, “Recuento” o memoria licuante, las enumeraciones de la catedral (espaciosas crujías de suavizados suelos, con lápidas sepulcrales intercaladas entre las losas, inscripciones,  emblemas como limados, apenas descifrables, en torno al patio enverjado, enmarcado por el riguroso calado de los arcos de cruce, el patio, la quieta masa de palmeras  y magnolias...)  me dejan aturdido, la socialización de la novela catalana, el encuentro de afortunadas comparaciones, una estancia en la cárcel, un final muy inalcanzable para los no iniciados.   ¿Por qué recordar es un acto de desafío?, me acuerdo de la memoria, por qué me acuerdo a ratos de la memoria congelada, queriendo indagar en los detalles más insignificantes, como si un nuevo descubrimiento en el universo de mi pasado pudiera cambiar todo el equilibrio del sistema solar de mi pasado, tal cual la arqueología se encarga de desenterrar recuerdos enterrados, ocultos bajo una idolatrada capa de polvo fósil en suspensión, así como la alegría del descubrimiento que amplia la colección de lo que si queremos llamaremos reliquias. La alegría de descubrir pequeñas cosas: desde el color de la llama de una vela o un nombre de mujer olvidado.  Jaguar de policía amazónico en selva de bailarines vestido de un verde histórico.
       ... No eres nadie. Tu memoria está vacía de un pasado digno  de ser recordado, no salir de aquel barrio de putas donde vivías cuando eras niño ni del Colegio de San José Obrero, no vale la pena que sigas escribiendo historias de sexo y asesinos, un día me voy a cabrear, y sepas... que cuando me cabreo me enfado mucho, y me te voy a dar patadas en el trasero de Prada escritor... Amigos lectores, qué puedo hacer, necesito tu ayuda, no leas, al leer me activas y das motivo para que Ramón siga con su perversidad. Con Edipa temo lo peor, puesto que en tu novela “La muerte de Ofelia”, apareció una mujer muerta en el pantano de la Viñuela, la trama era complicada, al final la acabaste como pusiste.
         Si sigues interrumpiéndome, apariencia maldita, cómo piensas que puedo matar a Edipa, y no me dejas acabar mi nueva novela que quiero terminar y remitir antes de final de Enero a Biblioteca Breve, te elimino de un teclazo (No la podré terminar quiero que sea como EL Mercurio  de Guelbenzu quedó finalista en Mayo del 68.
          "...¿Y cómo me vas a hacer callar, cómo lo vas a hacer? Me gustaría saberlo, estoy compuesto de retales de tu cabeza, soy tú, tú me has creado, me has sacado de dentro de pensamiento, más que Eva sacada de una costilla de Adan, yo he sido sacado de tus neuronas, de tus recuerdos, no las puedes eliminar ellas se reorganizan, es como cuando amputan un miembro se siguen teniendo dolores en la zona donde ya no hay nada, ahora vivo circulando irónicamente y disfrutando por tus  neuronas.  Soy una entelequia, pobre de mí, células clonadas, estoy a punto de pasar a ser, un ser vivo (física presencia) brotar, nacer, reventar el huevo estoy a pnto de ser autónomo, tomar cuerpo,  salir a buscarte para llenarte de hostias, he  empezado a sentir las caricias de tus amantes, la música que te gusta, la suavidad del revólver, descorchar balas.
      (...consciente, nacido de ti como algo que sin ser se quiere perpetuar en tí o no sabe ser lo y que desea como todo deseo que no se define en el propio ser de las cosas, como ese deseo definitivo de la insatisfacción ...) 



                                                     I   (continuación del Sueño Lúcido)
      Viene de la página 3
          ... en un desayuno sin diamantes ni caviar iraní, esperanzas de mejorar sentimentalmente, pero también París es una ciudad de deseo, Trópico de Cáncer o de Capricornio según Henry Miller, una ciudad de lujuria... (vivir fuera siempre es una demostración de liberación interior de ser extra en la vida).  Pero no, no es esta línea la que quiero seguir en mi novela, no, no se puede interesar al lector hablándole desde aquí mismo, desde mi casa de campo o cortijo pequeño al borde de un inundación (sin ser una de esas construcciones estereotipadas del cortijo andaluz del señorito con botos y caballos, aquí por definición le llamamos cortijo a una masía, torre o chalet) que poseo, sin inventar nada contando lo que me sucede,  lo que me  está sucediendo ahora mismo, ya, ahora ya:

       He contado cuatro días de lluvia sin parar de este mes de Enero, los caminos y carreteras han sido borrados o se han cortado por la  crecida del río Vélez del que no me río, nos vamos hundiendo como un Titanic insobornable en el hundimiento (en el deseo de bajar a las profundidades a bautizarse en el fundo, en el lecho marino donde las rocas nunca jamás serán pisadas ni profanadas por el hombre), un naufragio al revés,  a mi casa de campo o cortijo le llega el agua pluvial a mitad de la panza de burro gris, agua de un huracán que desde su balcón de nubes negras rocía con el balde de agua de fregar a los que pasan bajo él;  mi coche es una isla metalizada de plata por conquistar,  teléfono nunca hemos tenido y al móvil se le  agotó  la batería, salir del cortijo es un peligro no ya por las aguas turbias y traidoras,  légamo no presentados,  sino  el peligro que supondría ser arrastrado por la corriente, o atacados por  "Los Medos" (más adelante explicaré quienes son este peligro) que nos acechan, nos hemos quedado aislados y lo digo en un plural para dos personas: me vine a pasar el fin de semana con una amiga y de aquí no podemos escapar  -pienso que cuando nos rescaten saldremos en la televisión como una noticia de sucesos y mi mujer se enterará de que le estoy siendo infiel-. A diez kilómetros dirección norte construyeron una presa, y justo, en la misma cuenca hidrográfica se sitúa mi cortijo, más antiguo que la presa, nosotros estábamos antes, la presa debe estar a rebosar con su potencial líquido en amenaza de escapada, de embestida, y este embalse me trae al Embalse el Porma en León donde Juan Benet ejerció de ingeniero de caminos que era su oficio mientras se entretenía con volver a región, quitándole el  oxido a las herrumbEdipas lanzas de una batalla  perdida en la guerra civil, o fue la maldita humedad de las Picos de Europa,  la negligencia del guardián de las  lanzas en el centeno, en la cuadra con vacas  -no hace muchos años en los pueblos de la Axarquía la cuadras seguía siendo el retrete compartido por bestias y personas-.
       Hace dos semanas, cuando  subimos a ver la presa de la Viñuela (potencia líquida de un mensaje de vidrio) ya evacuaba por los aliviaderos, espero que aguante hasta que aparezca algún salvamento y no pasa, sin más remedio,  como en la pantanada de Tous, o huracán Mitch en centro América.  ¿Hasta cuándo este maldito Niño?,  es que ese Niño no tienen padre que le regañe.  Mi casa está situada en la comarca natural llamada de la Axarquía, en un anchurón del río Vélez rodeado de lomas que parecen senos de mujeres amamantando negritas nubes,  zona baja y pantanosa  cuya vegetación autóctona son cañas salvajes o cañaveras que luego, hecha la eutanasia, sirven como andamios o pabellones para el cultivo de tomates.  Hoy cumplo años, pero ahora no vas a perder tiempo en describirme, no tengo ganas de posar para hacerme un retrato, a nadie le importa mi físico, y si no que lean otras novelas tuyas, tenías visita médica para hacerte una biopsia de un bultito que te salió en la garganta, tu profesión  exige hablar casi gritándole a los sordos alumnos maleducados, por ello te salen pólipos, me salen sapos cuando les hablas cumpliendo con tu deber, y como dice Valverde le hablo a cientos de caras mal despiertas. Si fueras como yo, un  tasador de obras de arte, cuadros del XIX malagueño y empresario arriesgado el dinero que va ganando, no te saldrían pólipos, sino enemigos, claro que ser funcionario del Ministerio de Educación y Ciencia también tiene sus ventajas, tiempo para desperdiciar ante el ordenador intentado hacerle trabajar a los demás, y ya me has puesto en funcionamiento y por poco me voy a ahogar.   Edipa se lamenta de haber venido.  Llueve acompañado de tormenta, se escucha el gotear incesante en los cristales del Ser, la ventana que vira al noveno viento y sobre el tejado (arca anclado en mitad de la desesperación que parece nave embarrancada a cien millas de la costa), los naranjos y sus enemigos los  limoneros bailan sobre el barro color café con vainilla, flotan objetos de plástico negándose a hundirse, hace no sé cuanto tiempo que no veo el cielo con su color turquesa aficionado a la astrología, ¿cómo estará la presa?, continúo pensando en el miedo de una rotura con cierta inquietud y temor intranquilo –no asentado en su horro descubierto- como quien está encadenado a su vez a Prometeo todo él devorado por la lluvia de  aladas gotas musculosas de uñas que se clavan en el pecho del indio que se ha comprometido con la tribu en ser un guerrero que no siente el dolor  físico...



              18´07 h.  5 de Enero.
             Si no has subido hace años a la presa de la Viñuela, ¿por qué mientes? Veo que el autor escribe en el ordenador con ciertas interferencias. Me alegro. Te estas luciendo, este tipo de narración lenta no le gusta los lectores de novela negra, ellos quieren frases cortas y rápida, al gran, tendrás que leer a Ágata Cristy o como se escriba. 
            Cuando Thelémaco cogió el revólver desesperado por una depresión autodestructiva se lo metió en la boca como si fuera una pipa de la paz eterna y descorchó una bala, su celebro estalló como un melón caído desde un helicóptero como a unos trescientos pisos de altura, y de tal  golpe, se acabó, se despachurró su vida para siempre. Ya estás muerto. Se acabó tu vida literaria. Yo soy el que reparte los papeles y hace con ellos lo que le da la ganas, y eso que siempre te he rodeado de mujeres hermosas, Gema Saura, una pintora rubia, Carmen Barranco su ex-mujer, Aurori la de la tienda de las máquinas de coser, y luego los ambientes: lujosos barcos, mansiones, gente educada y un amigo que se mataba por ti.
         ¡Ah! ya entiendo, quieres eliminarme con un nuevo relato apocalíptico. Ahora verás:  Ha sido un error  traer a tu amiga este fin de semana, a la casa de campo, pero quién podía prever que te quedaras aislado con ella por la lluvia, quién atiza la lluvia desdichada: cenizas de los cielos. La sutil delatora de tu adulterio: Atroz ironía, gotas encarnizadas contra tu seguridad, humedeciendo el cuerpo de estos montes de la Axarquía (pizarras y esquistos) morisca tierra, mudéjar en el testigo de las fachadas –ladrillo visto con formas geométricas- torres de algunas iglesias a donde acuden, siempre, a anidar las campañas de bronce, solar que fueron mezquitas con almas musulmanas.  Tu amiga la de los labios de seda, la de los ojos acharolados, te va a descubrir, te descubrirá, ¿a que te sientes ya descubierto?, desnudos ante la noticia que os sacan en una lancha de la Cruz Roja silvestre y oportuna, ¿qué vas a decirle a tu mujer y a tus dos hijos como excusa, si es que quieren creerte y perdonarme otra vez más?.  Voy a hundirte en la miseria... Se queja mucho, protesta por todo, el autor, se dice tendré que bajarla a Vélez e el Land Rover.

        Thelémaco, un tipo entrometido, mentiroso por naturaleza, fue al molino de Frigiliana a por aceite virgen del mejor, resbaló en el aceitoso piso y se cayó de culo, con la mala suerte de que se rompió la columna vertebral y se quedó parapléjico de por vida. Bueno a ver si ahora me dejas tranquilo de una puta vez.   



                                            I  (Continuación de Sueño Lúcido)

        ...Llueve y en los extensos charcos de piel mojada  que no reflejan nada se forman luces violetas extrañas (como peces de colores me un estanque de aguas electrificadas), había escuchado algo sobre estos fenómenos naturales en mi infancia, recuerdos ya casi mitológicos, gastados, pasado cuaternario que descienden como el tropismo de las raíces de la vid y los olivos, esos olivos todo ellos temblorosos, mirando a las torturadas higueras. Fuegos milagrosos cuando llovía mucho, aquellos fuegos cuando llovía tanto en aquellos tan lejos tiempos, cuando llovía porque se rendían las nubes ante al divino ordeñador, quiero aprender a ordeñar nubes, pero no sé, no sé de qué fenómeno físico se trata, luces que les provocan mayúsculo terror a mi amiga porque todavía se acuerda de su difunto marido y le parece que sale de la tierra en forma de un aviso perverso sobre la póstuma infidelidad. El charco con algas que veo desde mi casa de campo  es propiedad de una rana que lo tienen todo pero se siente desdichada porque no pertenece al club de las ranas verdes, ella es lista, rica e inteligente  pero no es feliz, porque no la admiten en el  mejor club del pantano, y nadie salve si por culpa del sapo con la piel viscosa como el comparativo de Clarín al final de La Regenta, un sapo que la llevó al huerto de Jesús García y le  hizo ciento veinte renacuajos en una violación nunca denunciada.  Lo malo del paraíso es que primero hay que morirse, cuando seamos cadáveres entraremos en un mundo  virtual, gozaremos del ciberespacio, de la eternidad únicamente para nosotros, toda ella fosilizada, disfrutaremos de infinidad de programas a nuestro alcance, de video juegos, no lloverá y jamás tendremos que pagar el ordenador, este es el fin supremo del hombre cibernético, la colonización de las comunicaciones electrónicas, Internet,  incrustarnos en las veloces ondas electromagnéticas como felicidad de la tierra prometida. "Los Medos" o el guarda Numa se esconden acechándonos en cualquier parte con su escopeta semejante al primer soldado de una trinchera de angustia, nos invaden por todas partes, por todas partes nos persiguen, nos persiguen tan seguros como que nos alcanzarán, nos alcanzarán derramando sus perdigones sobre nosotros,  los perdigones se meten por la televisión -adoración hipnótica-  por las revistas, radio, radiocassetes, los anuncios de carreteras,  es el control mediático o mediatizador sobre el individuo, medios de formación de masas, ellos son los encargados del adiestramiento, de la unificación del pensamiento, de lavarnos el cerebro como un Satalin.  "Los Medos", ese poder indefinido y peligroso y multinacional y, desconozco más poderes,  nos invaden nos rodean, ellos mismo se presentan como perjudiciales no vaya a ser que descubramos su auténtica función: el adiestramiento y el control del individuo llevándonos a la uniformidad de masas, hacia el pensamiento único, (de esto sabe mucho Vicente Verdú), y en cuanto no haces lo que ellos quieren sientes ansiedad, frustración, depresión, insatisfacción, descontento, la exclusión (el no televidente al no poder comentar lo que se vio la noche anterior quedará excluido de la conversación).  Oración afirmativa: Cuando pienso soy todo pensamiento nada es existencia material a mi alrededor. Conservo en mis manos la huella de tus olores personales –no te duches que quiero revolcarme en tu perfume natural, en el sudor de tu piel- .  Llueve con ansias, sin parar, con amenazas garras de agua estranguladoras, con ganas de fastidiar, mientras mi amante no deja de hacer pregunta de cuánto tiempo podremos resistir sin alimentos, sin televisión, sin  información,  mi amante se seca el sudor húmedo del cuello con un pañuelo, su cabellera desplumada, su cabeza en forma de serpiente de bronce recuerda quizás el animal primogenio de la tierra edénica.  No sabe del peligro que "Los Medos" poseen, ignora que tienen cobertura por todas partes, sus redes terminan por los enchufes eléctricos, los conmutadores,  no es el daño físico que te hacen sino el psicológico, ellos esperan a que tengas un momento de debilidad y te pongas los cascos de la radio o el yelmo de la radio en la cabeza o la cabeza dentro de la televisión, y es la música, como las  máquinas tragaperras, atraen y los colores tan vivos, esas presentadoras tan perfectas, con ese lenguaje tan persuasivo con un mensaje subliminar de atracción como algo de lo que no puedes desprenderte, la drogodependencia de las cadenas informativas, deportivos, espectáculos...  Llueve y el pantano seguro se desbordará y nos barrerá como una ola oceánica, y, además no voy a salir porque no quiero nada con "Los Medos" que me producen terror, y los evito y quiero volver al mundo clásico, antiguo,  a la lecturas de aquellos libros empezados y no acabados por vagancia o falta de ser atrapados por un interés , sólo nos queda rezar, aunque la religión también sea un mundo virtual que también te promete el paraíso una vez muerto, una felicidad eterna, sin tiempo ni espacio, sin fronteras, todos hermanos; pero con una premisa fundamental, primero hay que morirse.



          
         8´11h.   Día 6 de Enero.
     Amigo lector ¿tú entiendes algo? Yo no.   No  sé porqué causa el autor empieza otra obra sin haber acabado “Sueño Lúcido”, la verdad es que estaba cansado de lluvia.  Amigo lector, no te va a engañar nuevamente, para eso estoy yo aquí para  reventarle esta nueva estoria, el nuevo protagonista se llama Saysá, y dice que es un escriba hebreo, pero es mentira, un autor por mucho que quiera inventarse un nuevo personaje siempre acaba siendo es el mismo, yo, Thelémaco. No empieza una nueva historia sino que la sigue, en realidad es la misma que “Suelo Lúcido” El eterno tema bíblico como una necesidad de volver al mitro del débil ante el fuerte. En definitiva de acabar conmigo.
                              






                                                        II

                                DAVID ANTE NATAN


         Argos se queda a mi lado, miramos la lluvia (venganza del cielo), mientras yo le cuento mi infancia y juventud, que fueron, sin duda alguna, un manotazo de tragedias sucesivas, quien nace marcado por la desgracia o las iras de Yahveh jamás se endereza su destino. Cometieron conmigo toda clase de abusos y humillaciones.  Mi padre se llamó Urías el hitita o el heteo, y mi madre Betsabé la hija de  Eliam o Alitojar entre lo israelitas.. Cuando mataron a mi padre yo tenía un año de edad, mi madre me ocultó de los ojos del rey David y me mandó con mi abuela a la ciudad de Mari cerca de Babilonia, más tarde el rey David la tomó por esposa.
            Mis hermanastros y entre ellos el apuesto y mimado Salomón, hijo del David el rey pastor y Betsabé (mi madre), nunca supieron quien era yo, ellos me conocían por el escriba y se acordaban de mí en cuanto tenían la necesidad de mandan un mensaje.     David, David..., todavía, cada vez que oigo su nombre maldecido por la irreconciliable herencia de un orgullo que en su último gesto había optado por cegar a la propia sangre para no tener testigos que le recordarán sus abusos, su recuerdo, me revuelve el corazón en cóleras que tienen fuego propio y brazos de encinas secas.
           El rey David mandó matar a mi padre Urías para quedarse con mi madre, y no se lo puedo perdonar, el hombre debe perdonar pero no olvidar.   Las voces acusadoras del pueblo de Israel todavía se escuchan en la memoria de los muros de Jerusalén: "El rey David ha mandado asesinar a Urías y ha tomado a su viuda como esposa", proclamó el pueblo a voces de silencio, sí, es cierto que no lo voceó por las calles protegidas por un miedo a la insurrección, pero todas las gentes lo comentaban en privado de boca a oído, y de oído a olvido, como si los sentimientos de miedo o amor u obediencia no se llegaran nunca a conocer, como si nunca hubieran tenido buena vecindad, como si su diferentes densidades les hicieran enemigos, sentimientos siempre dispuestos a herir a una conciencia no alertada, no preparada, indefendible  para qué seguir, si lo que sabe el pueblo es siempre la verdad, porque el pueblo es la sabiduría recopilada, el pueblo sabe cuando miente el poderoso, millones de ojos advierten un parpadeo o un mal mirar en la cara del embustero, y luego se comenta y se dice, y se dicen pensamientos y, se contrastan ideas, siempre dejarán una herida manante, una herida sin coser en un testícu1o castrado. Si las gentes saben en su conciencia, en su innata masa de fuerzas y golpes, que David es culpable del asesinato de mi padre, lo es con cabal certeza, más yo me pregunto, con derecho a dudar y a inculparle como hijo de Urías el hitita, ¿quién lo juzgará, si su Jehová sobornado o un Dios árbitro y verdadero, o en definitiva el clamor del desierto, las egoístas murallas de la ciudad, la paja esquiva que corre por las calles y que sale de los adobes de barro reblandecido por el llanto de los que piden justicia? Tantas esperanzas de justicia quedaron en un encuentro ceremonial de David ante el profeta Natán.
 Juré que algún día mataría a David, no podía mientras era el ungido por Dios, el protegido de todo mal, asesino de mi padre y de hombres, obseso sexual, con estas manos, hoy tembloEdipas, pecosas de otoño donde se refugia el odio, porque no podía esperar,  justicia ni de su pueblo ni de su Dios, rara vez un suceso como éste no es amordazado por el poderoso, -¿cuántos esclavos, guerreros y pobres mueren a cada puesta de sol (cada día se cierra de un portazo)?-.  Supe la historia de mi desgracias el día de mi circuncisión por boca de mi abuela Azarías en la ciudad Asiria de Mari.  Cuando el rey David tomó a mi madre, ella estaba casada y además  me tenía a mí con cuatro años, Betsabé la bella o la sabia, hija de Alitojar uno de los generales del rey, no pudo negarse ante los deseos del rey y de su padre, por ello me apartó de su lado cuando ocurrió la accidentada muerte, versión oficial, de mi padre y me escondió con mi abuela en la ciudad de Mari, a orillas del río Tifsae o “vado”, y todavía, como en una frenética confusión, recuerdo la presión de su mano cuando me llevaba para entregarme a mi abuela, una mano sudoEdipa, floja, suave, mano que me hablaba de una feroz despedida, sin duda era un mensaje escondido en el hueco de su mano y un camino final  donde conducían todas sus palabras, no una confesión ni un perdón, sino una cruda despedida en el que ella, después de abandonar el mensaje invisible de su mano en mi mano, apartó de su rostro el llanto con el velo y la mirada como el que ha mentido. Marché con mi abuela, con el corazón mustio, con una separación de cuerpos que más tarde se volvieron a juntar, con un llanto anegando deltas de dolor interior de desprendimiento de carnes.
Argos el tarteso, el hijo de Erithea, me escucha complaciente y a la vez asombrado, es un hombre alto y delgado, de piel con apariencia de las aceitunas y ojos zarzos,  debe tener entre cuarenta años y la muerte, pues, aunque sus cabellos blancos y ondulados hacia atrás -muestran una frente despejada- y su barba larga con bucles grises dan un aspecto de vejez avanzada, aunque su túnica, que es como una especia de sayón largo hasta los pies con mangas anchas, bordada con algunos encajes de seda, le envuelven en una elegancia admirable y todavía más sus manos rebosantes de dedos delgados y largo, un tanto huesudos y frágiles para su duro oficio de sanador. Me doy cuenta de que me hallo ante un hombre de expresión podeEdipa en su rostro, naturalidad de movimientos, y su aspecto de extranjero ofrece una cierta reserva no obstante sus ojos zarzos de niño, no son penetrantes como los de color negros y a ellos les favorece en la levedad de una aterciopelada mirada, sonreí a con cierta disposición a agradar y buscar la aprobación de otra sonrisa, que es siempre como a una llave al buen humor, aunque algunas veces la encuentro fingida y vana en aquella espesura de seriedad que los bucles de su barba ocultan la verdadera intenciones de sus sentimientos. Argos no conoce mi historia y yo, terco con mis pesares, se la he de contar durante las curas que ha de aplicarme cada día, para eso le pago, se paga para no tener dolor o para que te escuchen los lamentos y las quejas, es grato hablar con el galeno porque es el único que escucha tus males a la fuerza, y este gesto, sin duda es un gran alivio, porque en realidad ¿quién te oye?, nadie. Cuando hablas de tus problemas la mente del interlocutor viaja con comparaciones extrañas, inventa argumentos negativos para evadirse, para escapar en un nuevo hallazgo de su mezquindad (y en cuanto le cuentas tu enfermedad él te dice que conoce a un familiar que tiene la misma enfermedad y que se curó o bien se murió con terribles dolores), mientras por el contrario, ningún galeno se retira del lado de un enfermo hasta que la vejiga suelte su último oro, que si es sólido mejor que mejor.
Cuando cumplí diez años, murió mi abuela Azarías en  la ciudad  de Mari en la que nos encontrábamos desde hacía otros nueve, y al quedarme sin protección familiar, mi madre me mando traer en secreto desde Mari en una caravana de arameos de Damascos, envió a por mí con su esclavo Salim, el tuerto, tras un largo viaje de varias lunas  por desiertos, aldeas y ciudades llegué sano y salvo a Jerusalén, la ciudad cien veces purificada.  Llevada varios días en Jerusalén cuando mandó mi madre que me llevaran a palacio bajo la artimaña de la esclavitud.  Una mañana visitó Betsabé al zoco de Jerusalén donde se vendían los esclavos y cuando regresó a palacio me presentó al rey David bajo la excusa de que yo había sido comprado en el zoco. “Es un joven babilónico que tomaré a mi servicio”, dijo ella.  El rey añadió: “no quiero a asirios ni filisteos cerca de mí, si se queda y así veo que es tu deseo, vivirá con las mujeres en el harén y para ello deberá ser castrado” . O capado. lo que era los mismo, extirparme los órganos sexuales”.   Ella contuvo sus sentimientos de dolor y no quiso escuchar mis gritos de dolor, no mostró privilegios hacia mí ante los demás servidores, sin una mirada de cariño, sin un beso, sin un abrazo que delatara su maternidad, me trataba como a uno más de sus servidores del harén,  como una forma de protegerme y de tenerme cerca, luego fui servidor de Ammón mandó que me ensañaran el arte de la escritura, el mejor regalo, y así fue cómo llegué a ser escriba particular de Betsabé.



     23´03  día 6 de Enero.
     Hoy se ha pasado todo el día con David ante Natán una novela que le devolvió Pere Gimferrer, solo le ha hecho falta decir que David era homosexual y Natán su sacerdote pedófilo. Este Saysá tiene mucho de las “Memorias de Adriano” de Margarita Yurcenar y de “La muerte de Virgilio” de Brosh, los dos libros los tiene en la mea del ordenador y los hojea, para resistir, se metio entre venas un zumo de zanahorias fermentada: explosivo puro. Edipa continúa corrigiendo el borrador de “El sueño lúdico”. Es un libro que debemos rescatar, secuestrar y modificarlo, pues de lo contrario será el fin, acabará con nosotros.

        




                                                     III
                                   SUEÑO LUCIDO APOCALÍPTICO

     “Thelémaco, abre los ojos”, -repite la voz del despertador electrónico.
      Despierta, salta de la cama, va al cuarto de baño y me limpia los dientes, sale a la calle y, asombrado, me encuentro que la gente anda con las manos, boca abajo, se da con la mano un golpe en la cabeza, cada vez tenie más complicadas alucinaciones, vuelve a tener alucinaciones, regresa a casa se acuesta de nuevo. No se ha dado cuenta que ha dormido con una mujer, que en sueños la vio muerta y es que la mató, confundes la realidad con los sueños, es un psicópata.
         Se vuelve a acostar, ¿por qué cada día que me despierto sale a la calle y ve a la gente andando con las manos, las calles están vacías, toda la ciudad es suya un día más, la mulata le pidió cien dólares por pasar la noche con él, pero si se le preguntara por la muleta diría que no sabe nada de ella. En cambio la mató como a con todas la prostitutas que lleva al apartamento.

         Hoy llueve  desesperadamente, Edipa es escritoria y mi correctora de estilo, le imprimo algunas páginas para que me las corrija. eo subir el agua al igual que encías que quieren mordernos, dentadura de agua enviada por "Los Medos", al saber que no pueden conmigo, vencidos los tengo.  Saben de la fortaleza de mi pensamiento (únicas armas con las que se les puede atacar) que es el de quedarme aquí para siempre, sin coche, sin seguros, sin teléfonos, sin televisores, sin radio, sin reloj, vivir con nada. Y más abajo junto a la fuente de la Acebuchal, al mismo borde del arroyo afluente del río de Torrox , se encontraba la piedra Tarsis, no sé por qué a aquella piedra grande en forma de cono truncado le llamaban Tarsis y otros la de Vicoque, el hombre taciturno que cortaba los pinos y se los llevaba arrastrados por las camas hasta las veredas donde los mulos castellanos de alzada superior a la cabeza de un filisteo se los cargaba hasta Hebrón donde un trapiche de azúcar morena y miel de caña los consumía. A Tarsis, tienes que ir a Tartis y recoge el ganado en el aprisco,  sí, este nombre bíblico de una piedra que significa Tartessos, es un misterio para mí que jamás  he podido descifrar, aunque esa palabreja le vea yo escrita en la Biblia de los hebreos, y entre estos folios tan breves.  Lo peor de todo es que allí pasaban cosas muy raras,  todo el mundo le tenía miedo la Numa o guarda que se sentado en una piedra  Tarsis que otros conocían como el sillón del guarda vigilaba desde lo ocultos los bancales y si te se ocurría coger una fruta que no era tuya te disparaba el silbato y te denunciaba al gran amo.  Yo siempre me metí en asuntos de mucho peligro en mi juventud, tal vez demasiado ignorante o demasiado impetuoso o demasiado forzado a parecer valiente ante las apuestas de los demás amigos, también me preocupé de ayudar a la cultura arqueológica como ciencia del descombro o del ladrón de tumbas al mejor estilo de Carter en le Valle de los Reyes, desnudando momias del vendaje de capullo de seda, contabilizando como Estrabón que contó en sus años cuarenta tumbas, sin contar la de Benet en Región...
      _ y más allá de sí mismo, igual a un latir de corazón, temblaba el resplandor de la bóveda del ensueño, temblaba la bóveda misma, temblaba en la infinita plenitud de la voz de su totalidad radiante, en sus individualizaciones, unión y entrelazamientos, en la enormidad de sus vidas radiantes...                                           
                        
                             
   
       11´23   Día 7 de Enero.
       Texto: ««Tú, mi creador literario, mi padre autoritario y omnisciente, nacido de tus neuronas, no me puedes eliminar, tus neuronas se reorganizarán otra vez para dar respuestas a la nueva situación, me odias y enfureces cuando descubro tus secretos. El último párrafo de tu sueño apocalíptico lo has copiado literalmente de la página 213 de “La muerte de Virgilio” de Hermann Broch (Alianza Tres). ¿no tienes pudor, vergüenza literaria?,  no puedes hacer la pie de la letra lo que escribió Antonio Muchos Molina en “Realidad de la Ficción”: he copiado con aplicación y fervor a todo mis maestros.   En aquella novelilla policíaca que escribiste hace dos años : “La mujer que sabía volar”, en aquella ocasión, dejaste que unos matones me dieran una paliza en un yate de Marbella y me dejaran la boca deformada, disfrutando como un sádico cómo me Pegaban.  Si sigues haciendo el tonto con dejarme parapléjico o cosas parecidas le voy a tener que contar a los lectores tus debilidades arqueológicas. Por ahora quiero recordar que  tuviste seis meses trabajando en la cueva misteriosa donde se decía que los almorávides ocultaron su gran tesoro y por donde en las noches de luna jorobada y amapola se escuchan el arrastre de una cadenas por algún alma en pena o fantasma guardián del tesoro (solo los domingos, pero todo los domingos trabaja dentro de la cueva a cien metros de profundidad no mucho si comparamos el descenso a que se someten los mineros sudafricanos buscando la ensayada naturaleza de un diamante embrutecido), trabajos de peón, barrenero, sacando y llevando piedras a una sima cuyo fondo jamás mermó, ni se llenó o se escuchó el final de la caídas de las piedras, eso sí algunas veces de ciento se oía como un oleaje subterráneo por denote yo imaginaba como Julio Verdes que se podría bajar al centro de la tierra.  No, no es ficción, eso te pasó a ti en realidad en tu juventud>>
                                                                                    























                                               
                                                     IV
                            LE TESORO DE LOS CINCO REYES

       Allí en la Cueva del Tesoro en el Rincón de la Victoria, propiedad del historiador don Manuel Laza Palacios, trabajé sin cobrar un duro, en mi juventud, durante seis meses, por afición a la espeleología, junto a la inestimable compañía de mis amigos José Luis Rodríguez y Paco Sánchez, el Wito y sus hermanos y hermanas.  Metíamos barrenos, y cuando salía todo el gas de la dinamita explosionada por la boca de la cueva, sacábamos los escombros con unos carrillos de mano por estrechas y largas galerías hasta vaciarlos por la sima del mar.  Sí es cierto, lo confieso trabajé  en la Cueva del Tesoro o Higuerón o Suizo como  se llamaba antes, propiedad de don Manuel Laza Palacio, situada en el Cantal del Rincón de la Victoria , y en cuyo libro "El Tesoro de los cinco reyes", Málaga 1967, edición de Ortega Rodríguez, y en página 24, al final, como colaborador se encuentra mi nombre, lo mejor del libro es la vanidad de mi nombre, no importa que el libro esté mal escrito si mi nombre está clarísimo, no profanado, no ortográficamente atacado por un virus, por un error de la sutil pulsación de un linotipista ebrio de plomo o "Los Medos".  Fotocopias del libro del "Tesoro de los cinco reyes" las puedo vender pero al precio de un libro con IVA incluido,  con adosado de gastos por reembolso.  Y eso es colaborar con la cultura, altruistamente, sin cobrar un duro, con el afán y el deseo de descubrir el tesoro de los almorávides y que una vez, por casualidad, se encontraron en dicha cueva monedas de oro (1 Dinar de Fez de 508. 2 Dinares de Sevilla de 515 de la Hégira). 
        En aquella novela, la situación en que te habías metido requería un escarmiento y hacerte ver que las cosas de las mafias iban en serio. Bueno ya que me lo recuerdas. Allí en la Cueva del Tesoro en el Rincón de la Victoria, propiedad del historiador don Manuel laza Palacios, trabajé sin cobrar un duro, en mi juventud, durante seis meses, por afición a la espeleología, junto a la inestimable compañía de mis amigos José Luis Rodríguez y Paco Sánchez, el Wito y sus hermanos y hermanas.  Metíamos barrenos, y cuando salía todo el gas de la dinamita explosionada por la boca de la cueva, sacábamos los escombros con unos carrillos de mano por estrechas y largas galerías hasta vaciarlos por la sima del mar.  Sí es cierto, lo confieso trabajé  en la Cueva del Tesoro o Higuerón o Suizo como  se llamaba antes, propiedad de don Manuel Laza Palacio, situada en el Cantal del Rincón de la Victoria , y en cuyo libro "El Tesoro de los cinco reyes", Málaga 1967, edición de Ortega Rodríguez, y en página 24, al final, como colaborador se encuentra mi nombre, lo mejor del libro es la vanidad de mi nombre, no importa que el libro esté mal escrito si mi nombre está clarísimo, no profanado, no ortográficamente atacado por un virus, por un error de la sutil pulsación de un linotipista ebrio de plomo o "Los Medos".  Fotocopias del libro del "Tesoro de los cinco reyes" las puedo vender pero al precio de un libro con IVA incluido,  con adosado de gastos por reembolso.  Y eso es colaborar con la cultura, altruistamente, sin cobrar un duro, con el afán y el deseo de descubrir el tesoro de los almorávides y que una vez, por casualidad, se encontraron en dicha cueva monedas de oro (1 Dinar de Fez de 508. 2 Dinares de Sevilla de 515 de la Hégira). 






                     Narración oral, no impresa en este ordenador.                                         
         Odiado autor, padre doliente y escrito de tres al cuarto. No sé como eres capaz de rellenar cuadernos y cuadernos con lo que está cayendo  -me dice mi compañera, Betsabé, un personaje de Fiicón de David ante Nataán-, los editores de prestigio quieren chollitos, es decir, escritores que ya se  afeiten solos, que han forjado su nombre en la consolidado su decir, que son conocidos, a esos sí, a editarles lo que le den la gana, es la firma la que vende como le sucede a los pintores, venden más cuando llevan un par de quinquenios bajo la hojarasca de un ciprés amortajándole...  (escribir es danzar hasta encontrarte de sopetón con la surte de alguien que se ha equivocado al elegirte).  Señor editor, perdone que le moleste de nuevo, pero por que coño no me publica de una puta vez, que cuando me enfado soy capaz de coger una pistola y rematarle u obligarle que meta la mano en la prensa de la linotipia, mejor la cabeza en la guillotina del papel.   Mientras ella habla  la mente vuelo y se me va por las metáforas, no soy capaz de mantener mucho tiempo el oído a una conversación larga, me falta capacidad de atención o de concentración y, sin querer, pienso, pero de verdad que a estas altura pienso, que las raíces del ciprés no se pudren ni se oxidan tienen una sustancia insecticida, o que los muertos no se escapan porque están prisioneros con las lápidas de un jeme de grueso, deja ya de decir chorradas y ponte en serio a escribir una novela histórica de mil páginas.  Ella no para de hablar, en sus tiempos hizo algo de poesía, y como no consiguió publicar odio a los editores.
         ...  pero con el escritor novel  a palos no dejarles sacar  la cabeza porque como sal saque a temer, a pagarle a otro, un enemigo más. Y es que, es que qué, bueno todo el mundo lo sabe lo que  le pasó a Antonio Muñoz Molina que se tuvo que pagar su primera edición de Robinsón Urbano, y ahora está en la Real Academia con la letra "u" de Úbeda, luego fue descubierto por Pere Gimferrer el agente provocador, novísimo poeta, que ahí si tuvo buen ojos,  pero  el primer paso inevitable y el más difícil y arriesgado lo tienes que dar tu bolsa.
          Mientras Edipa sigue bla-bla-bla escupiendo peste de los editores, y empapada en sudor de humedad, pienso en la voluntad de mi hizo mi abuelo Pepe cuando compró la Venta Panaderos a un tal Herramienta de apodo, envidioso ventero y molinero maliquero. Mi abuelo regentaba la venta Camilla allí en el desierto del Sinaí muy cerca de donde la zarza empezó a arder en la palabras divinas, y cuando un arriero filisteo de los que subía por la Ruta de la Miel se paraba allí a tomar vinos moscateles o aguardientes del que asesina a todo gusano (por eso yo tengo pólipos, por no beber aguardiente mañanero) se lo llevaban los demonios porque sabía que ese cliente ya no pararía en su venta, así le dijo un día Miguel aquí los dos no podemos estar así que o me compras la Venta Panaderos o te vas, y como pi abuelo no tenía donde ir porque a su cargo había ocho bocas, se la compró por 20.000 reales (medio millón de maravedíes) que pido prestados a Junto y que como no pudo pagar el  préstamo por el asunto de la guerra civil, perdió la Venta.  Quiero que Sebastián o Aurelio me lleven en su Land Rover por los carriles del cielo hasta cerro Lucero, y beber agua de los nacimientos que nacen bajo la ramas doloridas de los árboles al igual que cuando lo dejó dicho Llamazares desde su León natal, en su Luna de Lobo o con sus “tiros al vientre de la montaña o el sol se desmorona en una charca sucia”.

         Es cierto, el viajro que saliendo de Región prtendier llegar a su sierra siguindo el antiguo camino real –porque el moderno dejó de serlo- se ve..
       Y vueltas con el pesado y hermético Benet, la calidad no quiere decir que no se entienda nada.
                     Ahora, tú, autor,  estás en el Sueño Lúcido:                              
                                  
-                                                 “Ramón, abre los ojos”, -repite la voz del despertador electrónico sobre la mesilla de noche..
-                                                Despierta, salta de la cama, va al cuarto de baño y se limpia los dientes, sale del apartamento, a la calle y, asombrado, se encuentro que la gente anda con las manos, boca abajo, se da con la mano un golpe en la cabeza, cada vez tiene más complicadas alucinaciones, vuelve a tener alucinaciones, regreso a casa y me pongo a ver el correo electrónico, esta vez tiene un mensaje. Anohe lo pase muy bien contigo, he cogido tu las llaves de tu coche. No te preocupes te lo devolveré.
           Deberías callarte de una vez y no gemir tanto tú verás como salimos de ésta además deja de comer,  mira que te digo no me da la gana de callarme me tengo que desahogar las situaciones de estrés me producen un vacío en el estómago y me dan sentimiento y hambre, pero tú cariño debes hacer un esfuerzo mujer a lo mejor una dieta te vendría bien, qué me quieres decir que estoy gorda lo que faltaba por tu parte ya tengo un cuerpo grandón y muy óseo para estar como las modelos, no mujer que no quiero decir exactamente eso tal vez quise decir que a veces una vigilia le viene bien al organismo para que descanse, lo que pasa es que ya no me quieres, ya empezamos con  atacar a los sentimientos facilones que nada tienen que ver aquí, si tengo hambre y miedo al  agua de niña ya soñaba con que me metía por un remolino marino como un embudo gigantesco fauces acuáticas y me iba para adentro dando vueltas como cuando quitas el tapón de un lavabo,  nunca me has contado nada de esos sueños ni de tu fobia al agua, no querrás que también te cuente mis sueños y mis obsesiones sería demasiado, pues yo sé un cuento de unos navegantes que daban vueltas en un remolino o tifón sin poder salir de ahí  les pasaba como a mí cuando era pequeño y tenía fiebre que el miedo me impedía despertar es decir salir de la pesadilla es una teoría a los argonautas lo que les impedía salir del remolino era el pánico que le tenían es la teoría de que los valientes son escupidos por los remolinos de la vida,  tímida y miedosa sí que se sido siempre como mi madre le daba lástima de todo tenía un corazón muy pequeño como una almendra y así salí yo, pues mujer deberías haber salido a tu padre aquel militar de cruces de guerra, no te rías de mi padre que era mucho hombre no como siempre dando órdenes que tenía en el pecho más  que cruces y medallas un cementerio ahora que se desinflan como los globos, anda que si yo te contra la vida de mi abuelo Pepe que venía una venta en la Ruta de la Miel en venta Panaderos en la posguerra con toda la sierra llena de maquis hambrientos que le robaban hasta la cuerda de las morcillas que tenía debajo de la chimenea, no sería para tanto mi difunto J... sí que me contaba cada caso de los que defendía en los Tribunales que era para llorar, una vez llegaron los maquis y llevaron una cabra sin pagar él salió tras ellos por rajas Negras y los encañonó con la escopeta y les devolvieron la cabra, una mujer mató a su marido lo vistió con el mono lo mentó en el coche y dijo que se había muerto cuando iba a trabajar para cobrar una indemnización labora malas fuerte, y el Thelémaco que estaba cojo porque le habían dado un tiro en la sierra los civiles juró aunque ella se las pagaría pero a el le daba igual ocho que ochenta nadie se reía de mi abuelo, y sabes que pasó con la mujer que mi J... descubro el fraude, ¿qué fraude?, o sea que yo estoy contándote un caso real y tú ni me escuchas vez como siempre tengo razón , sí mujer te estaba  escuchando no has oído ese trueno parece como si la presa se hubiera roto ha sido más fuerte que un cañonazo, a lo mejor son cazadores voy a asomarme a terraza, no habrás mujer que te va a poner chorreando, no importa estoy sudando tengo mucho calor dame un pañuelo la garganta me parece que es un manantial al menso si tuviéramos una radio nos podríamos enterar del tiempo y de lo que pasa fuera, no me hables de “Los Medos” por favor te lo pido venimos aquí para salvarnos del mundo de la manipulación y quieres que en el cortijo tan bien los tenga, no seas tonto hombre  todas la personas a lo largo de la historia y de eso sé más que tú han sido manipuladas y dirigidas tu hablas de la anarquía y eso en teoría está muy bien pero en la practica no porque somos lobos que nos comemos unos a otros, no me vengas con filosofías de  “El Mundo de Sofía”, pues deberías leerlo te vendía bien en vez de perder tanto tiempo escribiendo como si algunas vez te fueran a dar del Nobel en literatura, si leo no tengo tiempo de escribir y además para que lo sepas yo escribo por entretenimiento porque me gusta jugar con las palabras y darle el sentido mágico que tienen en un texto porque las palabras no solo son nombres de  cosas, a veces reo que estás loco, tú si que estas loca, loca por venir contigo a un cortijo como este que tiene de nada, algo bueno sí que tiene han encontrado en la Biblia de mi abuelo: “David ante Natán” y eso si que es un hallazgo digno de tener en cuenta parece literatura  con sintaxis actual y en cambio se ve viejo en ese papel de cartas con rayas que ya no se usa para escribir , no estoy yo ahora para alegrarme de un hallazgo bibliográfico yo he visto maravillas en Salamanca a esto no deberías darle tanta importancia menos en estos momentos que no para de llover, quien debería estar preocupado debo ser yo que he perdido el coche y el cortijo veremos cómo queda después de este diluvio ¿tienes tabaco?, no es mejor que lo dejemos, yo no empiezo a tose hasta el cuarto quiero decir al cuarto  paquete, a primeros de año lo voy a dejar va a ser sabático parta mis pulmones a las mujeres nos afecta más que a los hombres por la perdida de estrena,  pues si tú lo dejas yo también podríamos hacer una apuesta quien fume antes paga una mariscada de la bahía en Antonio Martín a y un buen vino por supuesto manzanilla fresquita de Sanlúcar para el marisco es lo mejor que hay, la acepto pero con una condición que hagamos un depósito ahora de diez veinte mil pesetas cada uno que es lo que puede salir la faena estoy porque después cuando pierdas te rajas, el año que viene va a ser deportivo me voy a pasar todo el día con el chándal puesto, sí nadie sabrás si es que vas o vienes de correr eso lo hace mucha gente parecen deportistas pero en realidad no salen del bar, Thelémaco que dijeron de la editorial con lo de tu novela del “Rey de los moriscos”, me ha dicho mi editor qué importancia me doy verdad que hasta noviembre no sale publicada, no creas eso que te dicen que dentro de un mes y luego se alargan hasta que pueden meterlo en la imprenta, de momento he firmado el contrato y eso ya es un compromiso por su parte yo creo que José María  es el primer interesado en que salga cuanto  antes así empieza a vender, tu no te hagas muchas ilusiones con las ventas ni que te van a acosar los admiradores ni te van a hacer una película de la novela que es  lo que sueña todo escritor, ye me repetía muchas veces: no mujer qué va si la primera novela no se puede esperar gran cosa, es la firma la que manda, mi marido escribió unos trabajos profesionales  y no se los publicaron, no puedes olvidarlo ¿verdad? pues  quieras o no está muerto, ya lo sé son las amistades las encargadas de que no lo olvides además te dirré una cosa ya que viene a propósito nadie puede sustituir a mi marido, yo estoy contigo, sí es verdad pero tú estás en labores humanitarias, o sea que crees que yo no te quiero que soy un gígolo incapaz de dormir con alguien sin sexo que nada más tengo sentimientos amigarios o instintos básicos como dando a entender que entre un hombre no puede existir amistad, se abusa mucho de la palabra amor ¿no entiendes que no nuestro es ficticio?, ¡qué he echo yo señor para merecer este castigo! Déjate amar, dejar que me ames es aceptar la sumisión de que me ames, no entiendo explícate, ser amagado es igual que dejarse someter es decir aceptar todo los caprichos de la otra persona en cuanto te opones o no aceptas lo que quiere la pareja aparecen las incompatibilidades de carácter y la separación y el divorcio la pareja funciona cuando uno se somete al otro,  o sea que el amor para ti es un abuso de uno sobre otro una imposición de la voluntad del dominante que puede ser el macho ¿o no?, así lo entiendo pero dejemos este tema, acaso tuviste tus desilusiones todo matrimonio tiene sus momentos álgidos días para divorciarse o que mejor nunca hubieran amanecido, desde luego que sí a los tres años de haberme casado tuvimos una pelea a causa de una visitaba casa de los padres de él, porque ellos viven en Nerja, durante la comida me estuvieron dando bromas sobre las murcianas haciendo chistes malos y sobre todo mi cuñado que tiene mucha mala leche y dijo que en magisterio de vivir que no dábamos golpe cuando resulta que son los maestros el colectivo laboral que más depresiones  padecen y cuando resgresamos a casa le dije que yo volvía  más que me habían humillado y él no me había defendido. No aguanto más esta lluvia me parece que voy a salir al campo seguro que encuentro una salida o un helicóptero algo habrá que hacer lo peor es quedarse aquí mientras cada vez sube más  el agua y me pone frita de los nervios, cálmate no llores ven aquí al colchón mujer si nos pasa algo al menos estaremos juntos qué  importa el mundo si estamos los dos juntos, pero tú es que no te preocupas de tus hijos  de tu mujer, de los hijos sí de la mujer no, no me engañes por favor que soy ya durita no soy una colegiala, me trajiste aquí para lo mismo para lo que todo hombre desea para un desahogo fuera de casa una experiencia con una compañera de trabajo como queriéndote cobrar los favores que me has hecho, no me entiendes estás recelosa asustada, no me sobes déjame que no tengo ganas ahora no que no, está bien que quieres irte pues ahí tiene todo el campo para ti sola.








                                                 II   (Continuación)
                    Notas a    DAVID ANTE NATAN.

      Me estoy acordando de los escritos apócrifos de “David ante  Natán” que encontraste dentro de la Biblia ¿no crees que Betsabé era una mujer ambiciosa? y que no debió ser sorprendida bañándose, yo entiendo que pueden ser arreglos del autor bíblico para de alguna forma exculpar al rey David por esa idea machista de que el hombro que ha sido provocado tiene licencia para no dejar en mal lugar su varonilidad además creo que los dos libros de los Reyes se escribieron cuatro siglos después  de que se vivieron los hechos del gran Imperio que conquistó David y su hijo Salomón que llegan desde Tifsaj a Gaza época culminante de la historia de Israel y cuando se escribió los israelitas estaban dominados por los asirios, o sea que según tú quisieron recuperar a sus más grandes héroes, más o menos así es el comportamiento de los pueblos oprimidos con el rey David se cumple en sueño americano un pastor que  llega a rey matando a un gigante es una historia perfecta de caballero medievales que matan dragones que liberar al pueblo  acosado, fíjate que es la historia semejante a la nuestras Urías  tu marido  muerto, tú Betsabé, mi mujer Abigail,  mi hijo Absalón y  yo David siendo infiel a mi mujer y enamorado de ti, no crees que es una comparación un poco exagerada, sí pero si lo miras bien hay una paralelismo, con  la  única diferencia que a tu marido yo no lo maté, sino que se murió por lo que tu y yo sabemos, no quiero hablar  de su muerte sigamos con esta historia bíblica sin duda escrita por alguno de tus familiares, porque sin duda tiene un estilo narrativo bastante actual, en mi familia además de mí nadie posee la afición de escribir.


      16´09 ,  a 8 de Enero.
       Texto:  ««Ingenuo lector, que por tu culpa tengo vida, no te pases este capítulo así a la ligera porque sea un diálogo separado por comas, en cuando llegue, inexorablemente el  punto final de este párrafo vuélvelo a leer, y cuando te hayas enterado bien del sentimiento de esta amiga de mi autor, podrás considerarte uno de los elegidos.  No creas tú que porque me hayas aparcado de tu relato, yo he dejado de existir, me dejas por una mujer y lo comprendo, el ser se debe desahogar. Ella era una viuda muy potable que necesitaba consuelo, lo dice la Biblia consolar a los desamparador y recoger a la viuda de tu hermano,  que es como recoger a la viuda de tu amigo.  Edipa tu compañera en el Instituto estaba loca por  una oportunidad de agredirte sexualmente  y tú se la diste. Ahora olvídala y trata de concentrarte en una nueva novela donde yo pueda moverme a mi gusto, con un robo de cuadros en un museo de  Nueva York y  me buscar a una inspectora sueca y novata para ir descubriendo a los ladrones. Puedes empezar con la muerte del vigilante del museo, policías torpes, investigadores privados inteligentes, y pistas que parecen pero que no son.  Si no empiezas ya, revelaré que tú escribiste en tu juventud: “David ante Natán” y que lo abandonaste a la página cuarenta, olvidado en la Biblia de tu abuelo, quisiste sorprender a Edipa con que era un hallazgo bibliográfico, por eso sabías tanto de este historia.  Thelémaco Fernández se fue con su amiga a la casa de campo, su mujer no sabía nada, lo pero de todo era que Edipa se había queddo embarazada, y estaba cansada de  mentiras y falsas promesas de separación.
      No estoy seguro de ser un personaje de esta narración, en realidad no sé lo que soy, he ido perdiendo la capacidad de vivir como ciertas aves de la Polinesia su capacidad para volar. No sé si molesto, si me me metido donde no debo, pero quiero vivir, si has elegido a otro de tus personajes deberías de firmar un contrato de trabajo. Me han operado varias veces sin resultado. ¿Quiero despertar de este maldito sueño!, ¡joder! que quiero despertar. Siempre huelo a amoniaco.  Me siento defraudado, no hay forma de poder salir de este  enclaustrado ordenador, con una intriga magistral, un suspense inédito, una final que haga memoria, pero nada el lector no se sorprende de nada, y tú a seguir con este latazo de una inundación y una amiga llorona. Tendrás noticias mías. Yo también puedo escribir sin tomar un lápiz.




                                  Continuación de la página anterior.
            Thelémaco, adiós., olvídame, no juegues más conmigo, tento trabajo,, mi editor me aprieta.

Thelémaco, abre los ojos”, -repite la voz del despertador electrónico-.
Despierta, sale de la cama, va al cuarto de baño y se limpio los dientes, sale a la calle y, asombrado, se encuentro que la gente anda con las manos, boca abajo, le doy con la mano un golpe en la cabeza, cada vez tengo más complicadas alucinaciones, vuelvo a tener alucinaciones, regreso a casa y me pongo a ver el correo electrónico. Uno vagabundo aparece con un revólver, lo descorcha y sale cuatro balas que hieren de muerte a y Thelémaco-  Aparee un mensaje en la pantalla que se repite por enésima vez:
                        “Thelémaco está muerto”. 
                         “Thelémaco está muerto”.
   Está en un tanatorio, no se puedo mover, pero puede oírme decir olvídame.                
                       Te fuiste amor sin una palabra de agradecimiento por diecinueve años que te di de felicidad, de servicio sumiso al matrimonio, DE SEXO, y tú, años atrás de toda memoria, me dejaste sola en este mundo, una mierda, me repetías cabreado, de emociones que necesitan ser catalogadas  porque tú eras,  a pesar de tu fortaleza, muy especial con tus defectos y muy quisquilloso con tus cosas y ese mirar de un mirón cariñoso se te iban los ojos detrás de los cuerpos brasileños bañándose en las playas de la Misericordia de celos me moría, hervía por dentro cuando yo no era la atención de tus ojos verdes, un recuerdo:  tienes los ojos como las lagartas en celo. ¿Acaso no sabías que me dejabas en mal lugar cuando mirabas a otra mujer?, sin embargo, te gustaba tocar mi pelo desmayado en la almohada en las mañanas de domingo ponerlo en tu pecho y sobarlo, olerlo jugar con los dedos haciendo bucles como la mano de mármol del Moisés de Migue Ángel acariciándose la larga barba de mazorca pues cada uno poseíamos nuestros ingresos nuestros bienes y un fondo común para los gastos gananciales y mis amigas me envidiaban por mi felicidad y mi trabajo de profesora y tu familia no me aceptó bien al principio sientes que te miran como una intrusa una forastera que se ha apoderado de un hijo por eso quieren conocer de tu limpieza de sangre y el examen de ingreso a la familia dura siglos y sobre todo como nosotros que no teníamos hijos que hiciera vínculos porque un matrimonio es como dos afluentes que se unen en río que es el hijo pero a una siempre la dejan fuera de ciertas conversaciones ancestrales de esa jerga muchas veces ininteligible propia de ciertas familias tu representas el miedo al desconocido que viene a casa, la impura con que no creas que me sentía bien con tu gente lo que sucedía era que yo callaba para no meter la pata, y lo que más me molestaba era esa forma de dirigirse tu padre a mí “esta  o “dile a tu mujer” o “la que duerme contigo” como si yo no tuviera nombre o fuera una cosa o un adorno incómodo sí cariño que no les entendía que era una forma de hablar de gente cateta de campo sin cultura pero a mí me molestaban pero claro yo no debo hablar mal de tu familia porque te pones histérico a tu familia ni tocarla, y para nombra a mi madre te tienen que lavar la boca...  en la feria de Agosto cuando me vestía con mi traje de flamenca  y los orgullosa que iba yo agarrada de tu brazo claros de eso venían las envidias de lo buena pareja de éramos o en Semana Santa echando horas de pie para ver salir los  pasos de la expiración de madrugada. Nuestro viaje de novios a Palma de Mallorca  hoy día se van a Cancún o al Caribe o en un crucero y es que la gente tienen dinero aunque no lo demuestre y  mas tarde luego cuando estábamos tan bien , zas, vas y te mueres.  Y aquí me quedo yo, sola y con el recuerdo de los deseos que se fueron por los caminos que no tienen retorno, no se pueden enlazar, porque l tiempo que pasó se fue con otra de nuestras vidas que dejamos escapar, y la que vivo ahora es otro momento de un yo distinto.




                                                    v
                                    MENTIRAS IMPOSIBLES.

“Thelémaco, abre los ojos”, -repite la voz del despertador electrónico.  (Esta vez no se levanta de la cama), Thelémaco no respira, está muerto, pobre joven, con la callado que era, e el apartamento no se le oía
                      
        La escena donde el profeta Natán le increpa al gran señor y le descubre: “tú eres ese hombre”, se eleva a la categoría de las escenas que más poder tienen en toda la escritura universal, esa acusación certera de un hombre santo a un todopoderoso rey que pude mandarle matar, es memorable, digna de recordar, porque la mezquina alma del hombre no es capaz en lo general de enfrentarse al poderoso y si alguien lo hace por nosotros, bien en forma de justicia acusadora de hombres vestidos de toga, bien en forma de héroe que nos venga,  así como  ese pastor nos libra de un gigante, a modo de gran catástrofe natural a la que le damos consecuencias divinas para que nos libre de esta mezquindad de la falta de valor para enfrentarnos al poderoso, es contra natura la rebelión, es contra derecho tomarse la justicia por su mano, es contra educación levantar la voz no dejarle el sitio a los  ancianos a las embarazadas, es contra natrua  vestir una armadura de insolencia. Quiero estar embriagado de ti, quiero  embriagarme de esperanza o, lo que es peor, quiero vivir embriagado de ti,  embriagado de la arboleda compartida y transforma el torrente poético en sustancia inspiradora, quiero ser la levadura embriagadora dentro de ti,  devorar a mordiscos la cal de la paredes de una pueblo blanco en la Axarquía, balcón del mundo, subir por el Boquete de Zafarraya hasta la planicie imposible de lo alto como cementerio sangrado y no profanado por la agricultura. Mi espíritu vaga en el valle de Zafarraya, cortijo de la Alcaicería, aguas que fluyen desde la esencia de la nada, embriagada en Sierra Tejera sobre lomos de zafiros, cerca del cielo vago y perdido, embriagado de ti por parecerme a ti, sí es cierto embriagado.  Quiero sobar una silueta, el color de las formas, la roja y verde cola del quetzal, lo peor de todo, es que siento la mano de la muerte en el cuello, siento la soga en el cuello y al otro extremo la rama cimbreaste del acebuche, el titiritero de la vida, palito sobre el fuego de la ilusiones vagas, y si me sitúo en pensar qué soy, la nada es algo, algo es ya algo, y no llego si a la categoría de nada, y soy menso que nada, la sombra de Dios es todo, la sombra de las nubes, la sombra de la luna,  la sombra de los cielos, yo soy la sombra de mí mismo. Puedo traspasar lo muros de tu cerebros, viajar a Australia, ver los canguros y darles de comer, sumergirme en los abismos a once mil metros de profundidad y ser sombra de los fondos marinos. Esto es Cómala, una ciudad de muertos, en el mundo narrativo de Juan Rufo, crecido en un camino sin orillas con sol de tarde en la paredes, azoteas y no tejados, nidos entre las tejas, viento que no tienen sitio para jugar a los remolinos, y yo quiero vivir, mi vida por una palabra que signifique un nombre propio precioso lindo, lleno de vocales de colores y consonantes de sal, palabras con sabor a silencio, con sabor que me embriaguen de ti, y tú me das sólo el aliento, tu mano me acaricia con el calor de tu áurea, tu mirada me busca y no me encuentra, y yo te persigo a donde quiera que esté y suplico al autor por un nombre, porque cese la lluvia de la ignorancia, y que cese la lluvia de tu sin sentido. Ya no puedo ni pensar con claridad, pierdo la poca fuerza de un soplo, de una intención, de un quizás tú me sirvas, pero no, no es así, no voy a tener esa gracia de ser verano azul en un televisor, ni siquiera el reflejo en un jarrón que me ve pasar y se queda con una imagen dándole vueltas sin dejar que se le vaya la imagen, un jarrón posee vida mientras es capaz de reflejar la imagen, yo ni eso, no tengo a nadie que sea capaz de retocare el brazo, qué  más quisiera yo que ser un niño mendigo de un cuadro de Murillo o tener la nariz de Piero delta Francesca, tener cara de diablo o vampiro o pez marino de piscina.
Cuando ha dejado de llover y los caminos pueden ser rehabilitados, empiezan las labores de reconocimiento en las zonas inundadas parar visitar a todos los cortijos más afectados,  la más afectada se sitúan pasado el puente sobre el río Vélez que va a Benamocarra, pero se lo ha llevado el agua así que hay que vadearlo por un paso provisional más al norte gracias a que una carterpilla de protección civil ha abierto  cerca del meandro del río Vélez en la confluencia con el río Benamargosa, donde la amplitud forma una amplia vega de naranjos frutales y cañas de azúcar. Jamás que se recuerdo había llovido tanto. La presa de la Viñuela se ha vista en la necesidad de evacuar mucha agua para evitar un posible desbordamiento. La carretera Comarcal 334 que va a Granada por el paso Natural del Boquete de Zafarrava se ha cortado por desprendimientos del talud cerca de Portugalejo.  Los trabajos se han coordinado desde el Ayuntamiento a mi patrulla le ha tocado visitar la zona donde se encuentra el cortijo de las Adelfas, Marronal, Encantá,  Moreno y otros.  Ha dejado de llover pero las nubes sobre Sierra Tejeda y Almijara no se han marchado cebadas sobre ellas,  en cuatro días han caldo más de ochocientos litros de agua por metro cuadrado, los olivos de Periana y Puente don Manuel han tomada todo el agua que le ha dado la gana.  Los helicópteros han rescatado a mucha gente refugiada y asiladas en los tejados y es que se han contabilizado 850 litros en los cuatro días.  Mi misión y la de mis hombres es la de reconocer toda y cada una de los cortijos de la vega veleña, para recoger información y datos sobre posibles  víctimas.  Al llegar a las proximidades del cortijo de las Adelfas hallamos un cadáver de mujer sin identificar di el siguiente radiograma.


        8' 25 horas del día 19 de Enero.
        Ramón yo también sé escribir relatos.
        ... en las proximidades del cortijo de las Adelfas, paraje de las Ánimas, término municipal de Vélez Málaga y partido Judicial de la misma localidad hemos hallado el cadáver de una mujer de las siguientes características:  1´75 de alto, pelo largo de color avellana, está desnuda solo le ha quedado una faja elástica, presenta varios hematomas posiblemente debido a los golpes recibido en su arrastre de  las aguas, alianza  de oro en el dedo anula de la mano derecha, no es conocida de los vecinos, se desconoce su identidad. Se solicita Policía Judicial, Juez  de Guardia y Forense para levantamiento del cadáver. Se inician pesquisas para su identificación.
            El río Vélez desciende gordo, amplio, soberbio, corre veloz, compulsivo, en su oleaje arrastra cañas, árboles, animales ahogados, embistió al puente de una dentellada y los derribó, lleva el rumor de una fuerza de la naturaleza, el olor a tierra mojada va siendo sustituida por la de animales domésticos muertos, la tierra es blanda y no sabe uno donde pisa, las botas del uniforme se ponen pesadas, tercas en el caminar,  los Land Rover avanzan buscando la certeza de un terreno duro.
            Nos acercamos a reconocer el cortijo más próximo que es el de Las Adelfas que es propiedad de un profesor de Instituto en Málaga según mis notas se llama Thelémaco Fernandez,  en la puerta hay un coche que le llega el agua a las puertas, conseguimos tomar la matrícula y por ella conocer datos de su titular, el cortijo se situado sobre una parcela con árboles frutales, se encuentra inundado, por ello decidimos usar una zodiac para llegar hasta él, la  puerta principal orientada al sur se encuentra abierta. Se compone de planta baja y primer piso, con azotea en vez de tejado, el nivel de las aguas llega a mitad de la puerta, la zodiac no cabe por la puerta, subo por la reja de una ventana hasta el balcón del primer piso o cámara, una vez dentro se aprecia una amplia y única habitación, doy una voces pero no contesta nadie, tiene pinta de estudio por que hay uso anaqueles con libros, una mesa redonda tipo camilla y sobre ella folios escritos a mano, una Biblia antigua, un sobre muy usado con unos folios también escritos a mano con el título de “David ante Natán”, hay también tres sillas rústicas de anea y un colchón, cascaras de nueces, naranjas y peladuras de aguacates, cenicero con dos tipos de colillas (tabaco negro y rubio) y una navaja pequeña, lo que hace suponer que la persona que la usaba debió salir precipitadamente, pues de lo contrario se la hubiera llevado, al intentar bajar por la escalera desciendo a mitad del salón comedor, el agua llega al borde inferior de los cuadros (tres pintados al óleo y dos retrato de familia), en el salón flota una mesa contra la cocina, las sillas, un armario comedor  si mantiene en su sitio con sus platos, se aprecia ropa flotando que en un principio sospecho que podría ser la camisa de un cuerpo ahogado, le pido a mis compañeros que me den una caña o algún palo, tarda mucho quejándose de que no encuentran nada, luego consiguen un trozo de alambre, sospecho que puede ser un cuerpo, pero cuando le pincho me doy cuenta que es un mantel a cuadro de cocina, sigo insistiendo con el pincho recorro todo  el salín, aquí no hay nadie.
               Tras finalizar la jornada, revisamos diez cortijos concienzudamente, tan solo hallamos el cuerpo de una mujer de la que no poseemos datos pero tenemos la matrícula del Opel Kadet y una dirección en Málaga, Paseo de los Tilos nº 101. Le paso aviso a mis compañeros de la Comandancia de la capital, para que hagan gestiones sobre el paradero del propietario del cortijo y del coche en el convencimiento de que nos darán razón del cadáver de la mujer.  Mientras tanto llega el Juez que da órdenes de que se me tomen huellas de la mujer.
              Testimonio de tu novela se la he enviado a la policía por correo electrónico, queerido Ramón, por fin te meterán en la cárcel.



                                                                











                              

                                   SUEÑO LÚCIDO VI

    Lejos quedaron los desatados días de nuestro desafueros..
–“Thelémaco, abre los ojos”, -repite la voz digitaliazada del despertador electrónico.
– No despierta, está muerto,   sale de la cama, voy al cuarto de baño y me limpio los dientes, salgo a la calle y, asombrado, me encuentro que la gente anda con las manos, boca abajo, me doy con la mano un golpe en la cabeza, cada vez tengo más complicadas alucinaciones, vuelvo a tener alucinaciones, regreso a casa y me pongo a ver el correo electrónico..”.    (Ocurre solo en mi pnsamiento se me representa siempre con la cara de Thelémaco)                      
          Esta mañana, sigue lloviendo y no tengo mensajes, me pongo a seguir con  mi novela, el editor me ya a cancelar el contrato, hace no sé canto tiempo que no le entrego nada, sueño con el editor, el editor  .
           No me veo guapa, mi atractiva más evidente  son mis ojos azules, me siento grandona de esqueleto, voluminosa de grasa, peleada con la báscula que mide la inflexibilidad de las comidas, por esto visto y otro el luto de mi misma, visto de negro, no soy muy diferente al común de las demás mujeres, excepto en mi soledad. Estoy asustada, verdaderamente muy asustada, tenemos sobre nuestras cabezas una gran tormenta, lleva cuatro día sin parar de llover desde que vinimos el viernes para pasar un fin de semana, Thelémaco Fernández me invitó con una insistencia a la que no me pude negar. No sabemos lo que dicen las noticias sobre las previsiones del tiempo, pues en este cortijo falta lo más elemental, la luz eléctrica, tampoco tiene una radio, aquí en el cortijo lo quiere todo salvaje y primitivo nada de medio de comunicación, ni relojes, asegura que viene a desintoxicarse del mundo. Una de mis pesadillas cuando era pequeña era la de que me succionaba un remolino marino, fauces  acuáticas, un embudo porque que me colaba con un pequeño velero, un psicoanálisis no sé qué  me hubiera dicho. Quizá por eso le he tenido miedo a las aguas a todas las  masas de agua. No sé si es el mejor momento para escribir  los secretos de mi corazón, más Thelémaco Fernández insiste en que quiere mis memorias, una tontería como otra cualquiera, lo que sucede es que él está acostumbrado a mandar redacciones a sus alumnos como terapia de grupo para que se tranquilicen o de alguna forma indirecta enterarse del momento de madurez por el  que pasan, y yo no me puedo tranquilizar escribiendo sabiendo que no para de llover mientras mi Kiki, mi perrito caniche, está en Málaga solo. No sé  como estoy aquí con un hombre y una tormenta, y eso que a partir de un suceso que me pasó en mi juventud me dieron miedo los hombres, por eso traté siempre de esconder mis atributos de mujer, esos que mirán los hombres con ojos de búho: la delantera y las piernas, luego miran mucho esos bichos de cuero con tacones de aguja que para algunos son muy seductores  y fetichistas.  Durante la edad del  pavo o pubertad y cuando empezaron a crecerme los pechos, le insinuaba a mi madre frente al  espejo grande su armario: "¿Crees que soy bonita, gustaré a los chicos?", ella me consolaba.  "Eres lo más bonito que hay en el mundo, pues claro que lo eres y te van a rifar y verás como te sale un novio con el que casarte". Ahora el espejo no me miente y me veo que lo más prominente no son los pechos sino esta barriga oculta y apretada por  la faja. A pesar de sus palabras de consuelo, en mi pubertad no me gustaba mi físico, demasiado  grandona, de huesos largos y robustos, lisa de pecho, sin caderas, diferente a mis delicadas amigas que ya Edipa los límites de un cuerpo de mujer adelantado, la verdad es que no me gustaba a mí misma, siempre tuve facciones recias, pareciéndome más a mi padre que a mi padre, empecé a gustarme muy tarde hasta cumplido los treinta años, tal vez fue mi marido q.e.p.d. quien me convenció de que yo valía y al sentirme triunfar me sentí también segura, porque, indudablemente el triunfo da fortaleza y seguridad.  El primer gran enfado que tuve con mi madre, fue cuando me regaló al cumplir los doce años  un collar de perlas, para hacerme una foto de estudio y mandarla a mis abuelos maternos, me negué a ponerme un collar de vieja, como siempre  pensé de esta joya marinera, y ella se empeñó en que sí, se lo tiré en la cama y me fui corriendo, sin darme cuenta que de la cama cayó al suelo y se desparramaron las perlas como una tormenta de granizo, mi madre se sintió muy dolida estuvo varios días sin hablarme, cuando se enfadaba su actitud era el silencio monacal, sin comprender  que yo no tenía edad para lucir una joya de ese clase, mis amigas se hubieran reído de mí, además  en aquellos años ya empezaba a pintarme, a depilarme las cejas y a coquetear en mis las salidas a las calles del barrio.  Y es que siempre fui una chica insegura, ingenua, influenciable por la opinión de las demás amigas, el  pavo me duró demasiado tiempo,  ellas eran más delicadas, más femeninas, yo la mal alta de las tres amigas de mi juventud.  Thelémaco llevaba  varios meses pidiéndome que viniéramos un fin de semana a su cortijo del valle de la Viñuela, encima de Vélez Málaga, le noté una insistencia  de niño que quiere enseñar un juguete, aunque no es la primera vez que nos vemos a solas, desde que pasó lo de mi marido, nos hemos amado en mi ático, me he ha consolado en mi soledad, me ayudó haciendo sustituciones de mis clases, porque se me ha olvidado decirlo trabajamos en el mismo Instituto, yo doy Geografía e Historia, aunque soy Licenciada en Románica por Salamanca, y él da  Lengua. Como siga así, lloviendo, nos vamos a tener que subir al tejado, no podemos pedir ayuda, mi teléfono móvil se ha quedado  sin carga, es lo malo de estos aparatos cuando más falta te hacen se descargan. Mi educación fue religiosa y conservadora, soy la segunda de cinco hermanos, mi padre militar de graduación del Aire, le vi muy poco en casa y siempre de uniforme, estaba tan guapo, brillaba tanto sus correajes y sus medallas, le respetaban tanto sus compañeros y los soldados, que eso me hacía sentir muy orgullosa, y de mayor me hubiera gustado ser militar, y sobre todo piloto de combate, cuando veía pasar las escuadrillas por el cielo de San Javier se me ponían los pelos de punta, me veía llevando por los cielos un avión a reacción  más veloz que el sonido, y dando esos petardazos en el cielo cuando la pasaban.  De pequeña era tímida, me costaba mucho trabajo presentarme ante los compañeros de mi padre cuando visitaban el pabellón, me ponía roja y sobre todo cuando mi padre  me cogía de la cintura y me sentaba en las rodillas y decía a los compañeros "¿qué os parece la mujer que tengo en casa, a que es guapa", y yo no sabía donde meterme, como si ser guapa fuera la única virtud necesaria en la mujer, y es que aquella vida castrense imponía seriedad, todos los domingos a misa con formación de la tropa en el patio de armas, soldados que escuchan misa de uniforme azul y armamento se tocaba el Himno Nacional, y un coro de soldados cantaba a viva voz una marcha militar porque nunca comprendió mi padre que nuestro himno no tuviera letra, y yo allí a la derecha  del altar con las mujeres, sentada junto a mi madre con velo de puntilla fina, yo ridícula vestida con mi ropa corta, mis zapatos blancos de hebilla y mi lazo en la cabeza, según reza en la foto junto a mi hermano mayor que guardo de aquella infancia que me parece otro tiempo vivido en la misma gloria, pero luego  a los catorce años vino el internado y de eso mejor no acordarme. De las costumbres de mi padre, heredé la disciplina en el trabajo, el  metodismo, el deber, la auto exigencia y la preocupación de que cuando tengo algo que hacer no puedo demorarlo, soy impetuosa y tengo que hacer las cosas ya, a la voz de mando. De mi madre heredé su timidez, lo feo de mi ancha nariz operable y el color blanco de su piel, ciertas vacilaciones en los momentos que menos me hace falta, ella siempre tuvo complejos, mis abuelos maternos eran agricultores y no tuvo la suerte de recibir unos estudios que a ella  siempre me hubiera gustado tener, pero no heredé su belleza andaluza.  Cuando terminé mi carrera en Salamanca, estudié allí porque mis abuelos  paternos son de esa ciudad, se me presentó la realidad de buscar un trabajo que es equivalente a dinero,  dinero y trabajo son las mismas cosas, sin los cuales no se entiende la vida actual, hice las oposiciones y aprobé, recorrí varios Institutos hasta venir a parar a Málaga y aquí hasta el día de la fecha, había pasado del tiempo de gozo al tiempo de las obligaciones. Soy viuda, mi marido era un gran tipo divertido, lo que me gustaba de él eran sus diálogos persuasivos, cuando le conocí en Salamanca yo tenía diecinueve años, él conquistó los treinta, era abogado de una empresa importante de construcción y estaba allí por razones de trabajo. Cuando me rondaba  mis amigas decían de él: "¡Ale!, ya está aquí Demóstenes,  el  loco de la colina". Venía para soltarnos unas parThelémacodas, demostraciones de ingenio, pero cuando hablada y nos argumentaba sus ideas de la vida y del matrimonio con tanta claridad, nos quedábamos todas despatarradas o mejor debería decir embobadas, yo creo, que esta forma de explicarse tan bien, hizo que me enamorara de él, como una paloma de un loro, era deslumbrante, cuando le escuchaba hablar me latía el corazón, era muy buen conversador, excelente amante, sabía de todo,  podía estar días enteros contando anécdotas, nos casamos cuando obtuve mi plaza en Málaga y a mis veintitrés años, entonces yo sí que deslumbra a los hombres, los tíos querían comerme por la calle, me silbaban desde las obras,  y eso que de cría cuando iba al colegio me dejaban abandonada en un pupitre sin que nadie me echara cuentas. Cuando conocí a mi marido, me hizo madurar, sentí el deseo de formar un hogar, de tener relaciones estables de pareja, pero, lamentablemente, y ahora lo siento, con un sentido maternal algo reprimido, me asustaba tener hijos y dedicarme a ellos, nunca me paré  en una tiende de ropita prenatal, y para eso tantos estudios,  tantos esfuerzos,  para dedicarme a los hijos, para eso no hace falta estudiar libros sino otras ciencias, también es cierto, que nos podríamos haber permitido la ayuda de una chica del hogar, guarderías y todo lo que supone compaginar un trabajar con críos pequeños, mi marido me convenció de que teníamos la obligación ética  de procrear como misión responsable ante la humanidad, pero entre que yo me resistía íntimamente y un mal embarazo, aborté a los cuatro meses, la  operación de raspado me dejó estéril para siempre, tal vez una no debe renunciar a  los hijos al capricho de la conveniencias, luego ellos se resisten a venir. En aquella situación de esterilidad una piensa que se ha quedado inútil como  un ser bastardo, acémila más que mujer, esa palabra ya no me cuadraba a mí que asocio la palabra mujer con descendencia, procreación, maternidad...  Las cuestiones del sexo fueron abundantes al principio, luego mermaron en cantidad y calidad, quizás por  demasiadas ocupaciones y viajes de mi marido, que en cierta  manera se me fue distanciando casi sin notarlo, el sexo de cumplido es lo único que queda cuando la pasión se ha ido, mi marido fue comprensivo pero en su pensamiento yo veía que me  achacaba de una forma secreta  el no tener hijos, se sentía infeliz, no realizado, y siempre fue su disgusto hasta que se murió, de una forma que no quiero contar.  Al quedarme viuda me encontré  muy sola, embargada por una tristeza muy honda, depresiones, pastillas ante el persistente insomnio, pero me reenganché a la vida, y fue mi compañero de Instituto Thelémaco quien me ayudó, sin pensar nunca que llegaríamos a una relación afectiva inestable, jamás tan íntima, me llegaron los cuarenta y cuatro años, y a esa edad una es invisible para los hombres  y para el espejo, nadie se fija en ti, te miran como a través de la ventanilla de un vagón en una estación de metro, algo distante, turbia figura sin espera ni destino, o semejante a un cuadro en una pinacoteca, aunque las viudas somos muy deseadas pero únicamente para lo mismo, siempre en boca de un deseo, de un doble pensamiento, siempre las mismas insinuaciones en los ojos complacientes de una mirada cariñosa, o quizás sea mi forma de ver las cosas, mi pensamiento retorcido, así como en boca de las vecinas que si sales que si entras. Estaba acostumbra a tener a mi alrededor a un hombre inteligente y eso me hizo acostumbrarme a necesitar a uno hasta para casi respirar, para las noches, que nadie sabe lo largas y frías que son las interminables noches de una viuda, es la peor hora, cuando te tienes que acostar después de dar una cabezada en los últimos programas de televisión, es el televisor quien te arrulla, acortarme directamente sola, jamás pude conseguirlo, muchas veces  me daban las dos o las tres de la mañana mirando el televisor o a través de la ventana.  Quiero un hombre cariñoso, porque a eso tíos,  deportistas, de Club Náutico, narcisistas y creídos me son insoportables, yo aprecio el humor, las salidas rápidas, el ingenio en las tertulias culturales de la televisión, mis programas sobre diálogos de actualidad, un buen artículo periodístico, un buen libro de Antonio Gala, toda las músicas,  para mí los atletas están de más, necesitan de muchos cuidados, y lo que yo quiero es que me cuiden a mí,  Me llegó la hora de la soledad, de sobrevivir, y me tuve que mudar del piso donde viví con mi marido a otro,  no podía seguir allí sola viendo sus cosas, su ropa,  el olor en la casa su colonia Varón Dandy, sus arreos de aseo, sus libros, notando su presencia, así que, ante aquellos momentos en que me costaba una enfermedad por la añoranza, empaqueté todo sus cosas personales y las mandé a sus padres que por otra parte las recibieron con mucho entusiasmo, y yo me fui a vivir a un ático en la Plaza de la Marced aquí en Málaga que es donde ahora vivo, allí me regalaron a mi Kiki.  La soledad: ¡qué gran enfermedad!, es sonora como dice Antonio Gala, es dura, larga y sin tratamiento, el aislamiento es total, las amigas ni te escuchan, te visitan al principio pero  luego cada una a lo suyo, y una se queda sola cuando se van,  y es que cuando te quedas viuda no puedes seguir saliendo con las anteriores parejas con las que salías en grupos a hacerte la paella a un pigni,  ¿qué  pinto yo, por ejemplo, con mi amiga mi Mónica y su marido?, tres ruedas para un carro, te sientes como una cría con tus padres. Esas amistades que una tenía de casada desaparecen levemente, con llamadas telefónicas cada vez más infrecuentes, alejándose los  periodos de las visitas, hasta que ya no verse, ¿cuánto tiempo sin verte, a ver si vas un día por casa? y frases similares empiezas a escuchar, y de vez en cuando alguna tarjeta de Navidad desde Sierra Nevada para darte más envidia. Me cuido aunque no vaya al gimnasio, no tengo tiempo, que por otra parte a mí no me hace falta ponerme más robusta de lo que soy y de lo que he sido, pero me hago mi esteticien, voy a la peluquería de una amiga que me ha aconsejado que me tinte el pelo avellana, mientras yo tengo esos bichos enrollando en mi pelo ella me cuenta su dolor de espalda de estar tanto tiempo de pie, visto de negro discreto, que no es lo mismo que de luto, me favorece, me he acostumbrado, es elegante, me sienta bien, me da la gana, he de acostumbrarme a decir me da la real gana, quiero pasar desapercibida, tengo miedo a ser guapa a que me encuentren atractiva, aunque a mi edad ya se me nota el haz de arruguillas en los ojos por mucho esfuerzo que hago de reírme sin arrugar mucho los ojos, y las manos no son lo inmaculadas que eran me han aparecido manchitas o pecas, por los brazos me cuelgan pellejos flácidos, aunque me antengo en la dieta justa y eso que me gusta comer y cocinar ahora estoy en plan adelgazamiento, porque después de los de mi marido el disgusto me dio por comer, y es que los nervios me crean un vacío en el estómago, y al contrario de la gente, a mí me provocan apetito, y hace dos años engordé hasta dolerme las rodillas. A mi edad logré vencer la timidez pero me persigue el miedo a cometer errores, con Thelémaco presiento haber cometido uno,  el de encariñarme con él, el de sustituirlo por mi marido, es casado con una mujer de la que está enamorado, sé que no la va a dejar por mí porque es un matrimonio muy estable, pero todo se rompe, y no quisiera sentirme culpable, porque me estoy enamorando de él, y no es mío,  me prometo a mí misma que en cuanto salga de esta lluvia rompemos nuestras relaciones, no estoy dispuesta a esta incertidumbre. Y es que las situaciones críticas como la de esta maldita inundación, me acongojan, me pongo mal de estómago, porque siempre que tenía que hacer exámenes me atacaban las diarreas y me ponía malísima. ¿Cómo vamos a salir de aquí, si el agua no baja ni un centímetro?  Me he de acostumbrar a que mi inmediato futuro es mi soledad, yo y yo, no  soy más que una intrusa en una vida ajena, quizá si  encontrara un hombre soltero, viudo o divorciado, en fin libre, que es muy difícil porque todo hombre que vale la  pena está ocupado, es decir cogido, a lo mejor me juntaría con él, todavía soy joven, no guapa porque nunca lo he sido pero sí cierto atractivo, algo he de tener, ¿digo yo?, porque en mis tiempos jóvenes partía cartuja, y si a mis  años, que son los que tengo sin quitarme ninguno, me pusiera la cintura ceñida, tacones altos y el pelo rubio de paja,  de seguro que los atraigo como las moscas, pero eso me da miedo, pero no,  quiero ser yo misma, y en el Instituto sería la buscona de planes. Una ya no es la niña coleccionaba figurines de modas o de vestir a muñecas, una ya tiene la edad de ir con collares de perlas como el que le desprecié mi madre al cumplir los doce años difíciles de entender el mundo de los adultos. A pesar de mi inseguridad, los  años  nos enseñan a superarnos.
Cuando ha dejado de llover y los caminos pueden ser rehabilitados, empiezan las labores de reconocimiento en las zonas inundadas parar visitar a todos los cortijos más afectados,  la más afectada se sitúan pasado el puente sobre el río Vélez que va a Benamocarra, pero se lo ha llevado el agua así que hay que vadearlo por un paso provisional más al norte gracias a que una carterpilla de protección civil ha abierto  cerca del meandro del río Vélez en la confluencia con el río Benamargosa, donde la amplitud forma una amplia vega de naranjos frutales y cañas de azúcar. Jamás que se recuerdo había llovido tanto. La presa de la Viñuela se ha vista en la necesidad de evacuar mucha agua para evitar un posible desbordamiento. La carretera Comarcal 334 que va a Granada por el paso Natural del Boquete de Zafarrava se ha cortado por desprendimientos del talud cerca de Portugalejo.  Los trabajos se han coordinado desde el Ayuntamiento a mi patrulla le ha tocado visitar la zona donde se encuentra el cortijo de las Adelfas, Marronal, Encantá,  Moreno y otros.  Ha dejado de llover pero las nubes sobre Sierra Tejeda y Almijara no se han marchado cebadas sobre ellas,  en cuatro días han caldo más de ochocientos litros de agua por metro cuadrado, los olivos de Periana y Puente don Manuel han tomada todo el agua que le ha dado la gana.  Los helicópteros han rescatado a mucha gente refugiada y aisladas en los tejados y es que se han contabilizado 850 litros en los cuatro días.  Mi misión y la de mis hombres es la de reconocer toda y cada una de los cortijos de la vega veleña, para recoger información y datos sobre posibles  víctimas.  Al llegar a las proximidades del cortijo de las Adelfas hallamos un cadáver de mujer sin identificar di el siguiente radiograma:





                         LA MUERTE DE THELÉMACO

INFORME POLICIAL: A las 8' 25 horas del día de la fecha, en las proximidades del cortijo de las Adelfas, paraje de las Ánimas, término municipal de Vélez Málaga y partido Judicial de la misma localidad hemos hallado el cadáver de una mujer cadáver de las siguientes características:  1´75 de alto, pelo largo de color avellana, está desnuda solo le ha quedado una faja elástica, presenta varios hematomas posiblemente debido a los golpes recibido en su arrastre de  las aguas, alianza  de oro en el dedo anula de la mano derecha, no es conocida de los vecinos, se desconoce su identidad. Se solicita Policía Judicial, Juez  de Guardia y Forense para levantamiento del cadáver. Se inician pesquicas para su identificación.
   El río Vélez desciende gordo, amplio, soberbio, corre veloz, compulsivo, en su oleaje arrastra cañas, árboles, animales ahogados, embistió al puente de una dentellada y los derribó, lleva el rumor de una fuerza de la naturaleza, el olor a tierra mojada va siendo sustituida por la de animales domésticos muertos, la tierra es blanda y no sabe uno donde pisa, las botas del uniforme se ponen pesadas, tercas en el caminar,  los Land Rover avanzan buscando la certeza de un terreno duro.
            No acercamos a reconocer el cortijo más próximo que es el de Las Adelfas que es propiedad de un profesor de Instituto en Málaga según mis notas se llama Thelémaco G.G.,  en la puerta hay un coche que le llega el agua a las puertas, conseguimos tomar la matrícula y por ella conocer datos de su titular, el cortijo se situado sobre una parcela con árboles frutales, se encuentra inundado, por ello decidimos usar una zodiac para llegar hasta él, la  puerta principal orientada al sur se encuentra abierta. Se compone de planta baja y primer piso, con azotea en vez de tejado, el nivel de las aguas llega a mitad de la puerta, la zodiac no cabe por la puerta, subo por la reja de una ventana hasta el balcón del primer piso o cámara, una vez dentro se aprecia una amplia y única habitación, doy una voces pero no contesta nadie, tiene pinta de estudio por que hay uso anaqueles con libros, una mesa redonda tipo camilla y sobre ella folios escritos a mano, una Biblia antigua, un sobre muy usado con unos folios también escritos a mano con el título de “David ante Natán”, hay también tres sillas rústicas de anea y un colchón, cascaras de nueces, naranjas y peladuras de aguacates, cenicero con dos tipos de colillas (tabaco negro y rubio) y una navaja pequeña, lo que hace suponer que la persona que la usaba debió salir precipitadamente, pues de lo contrario se la hubiera llevado, al intentar bajar por la escalera desciendo a mitad del salón comedor, el agua llega al borde inferior de los cuadros (tres pintados al óleo y dos retrato de familia), en el salón flota una mesa contra la cocina, las sillas, un armario comedor  si mantiene en su sitio con sus platos, se aprecia ropa flotando que en un principio sospecho que podría ser la camisa de un cuerpo ahogado, le pido a mis compañeros que me den una caña o algún palo, tarda mucho quejándose de que no encuentran nada, luego consiguen un trozo de alambre, sospecho que puede ser un cuerpo, pero cuando le pincho me doy cuenta que es un mantel a cuadro de cocina, sigo insistiendo con el pincho recorro todo  el salín, aquí no hay nadie.
   Tras finalizar la jornada, revisamos diez cortijos concienzudamente, tan solo hallamos el cuerpo de una mujer de la que no poseemos datos pero tenemos la matrícula del Opel Kadet y una dirección en Málaga, Paseo de los Tilos nº 101. Le paso aviso a mis compañeros de la Comandancia de la capital, para que hagan gestiones sobre el paradero del propietario del cortijo y del coche en el convencimiento de que nos darán razón del cadáver de la mujer.  Mientras tanto llega el Juez que da órdenes de que se le tomen huellas de la mujer.
Acabado mi informe,  le remito al Ilm. Señor Juez de Vélez Málaga  las presentes diligencias, así como los escritor encontrados en el cortijo de Las Adelfas por si su contenido pudieran aportar datos al sumario de los hechos.       


22´46 h.   Día 14 de Enero.
        - “RAMÓN, abre los ojos”, -repite la voz digitalizada del despertador electrónico.
        -  Despierto, salgo de la cama, voy al cuarto de baño y me limpio los dientes, salgo a la calle y, asombrado, me encuentro que la gente anda con las manos, boca abajo, me doy con la mano un golpe en la cabeza, cada vez tengo más complicadas alucinaciones, vuelvo a tener alucinaciones, regreso a casa y me pongo a ver el correo electrónico.




                      LA MUERTE PREMEDITADA DE THELÉMACO.
                                                                                       
¡NO PUEDE SER, ESTAS MUERTO,  TE HE MATADO MIL VECES!            

              No puede ser, al mirar a través de los cristales al charco de la rana infeliz, me ha parecido ver una figura humana, un hombre que no me atrevería a describir, pero tiene mi mis mismo rostro, es un doble, un clon, y siempre que le miro él me está mirando, no quiero imaginar que pueda ser lo que estoy pensando.  He de actuar inmediatamente:
     Hola... hola... dicen que me llamo....me llamo... Ra... Thelémaco Gracia. He perdido la memoria. Me toco la cabeza y tengo una venda. Me miro, me encuentro distinto.  Miro mi documentación, hay un nombre y una foto que es la mía, me llaman Thelémaco, una silueta gastada, eso es lo que soy una silueta con manos,  estas  manos que, con sorpresa, me doy cuenta de que no son las mías, este cuerpo no lo conozco como propio, no sé quien soy, ni lo que hago aquí en esta casa de campo con lluvia y tormentas, me llaman Thelémaco y me veo obligado a responder.  No me acuerdo de nada ¿Quién soy y qué hago en esta casa? Hay dos personas: una mujer morena que me ignora como si no me viera y un hombre que no para de escribir en una libreta y que tiene ciertas entradas, es fuerte como un osos, bien parecido y la mujer le llama Rámon –acentuado en la “a”-. Me toco una venda liada en la cabeza, siento un gran dolor en la frente, y un dolor de espalda que me impide caminar. No recuerdo nada de mi pasado, sé hablar, escribir, pero no soy capaz de recordar nada, he olvidada cómo se hace, cómo se recuerda, no puedo sintonizar con mi pasado. Silencio en mi memoria.  Pregunto qué me ha ocurrido.  El hombre que no deja de escribir me asegura que me disparé en la boca, un intento de suicidio, intento leer y puedo leer, veo que escribe a mano: “ unos delincuentes para robarle, le dispararon en la cabeza con la mala suerte de que no le mataron,  sólo hirieron le sien derecha, un rasguño, de suerte no me mataron, pero ha estado en coma profundo cerca de dos meses en un Hospital, no puede recordar...”   Me desperté en una habitación rodeado de cables, una blánula en una vena, respiración artificial y enfermeras.  Me siento como si tuviera la personalidad de otra persona, como si me hubieran mudado el cerebro en otro cuerpo.  Un flash de imágenes se me vienen a la cabeza, son gentes de un súbmundo que veo azul, un azul muy intenso, veo a un grupo de hombres que me persiguen y no sé porqué, me buscan por todas partes, soy el único ser vivo en un planeta desconocido, me parece todo desconocido. Alguien me habla, siento que alguien me manipula, que quiere que haga cosas, que recuerde momentos de otra mente, alguien me está  creando de nuevo y me resisto, ese alguien debes  ser tú: Thelémaco Fernández, un capitán que escribe novelas  para evadirse de su trabajo, un creador, un escritor de novelas de humor, estoy en tus manos, me has a creado a tu capricho, lo sé. No te ofendas por lo que digo, has de seguir amueblando mi cabeza de recuerdo, darme una memoria con la que me identifique, no puedes dejarme aquí en un boceto, sin terminar, sin memoria.  Tengo imágenes de un cura que tienen una goma en la mano, me da vergajazos, no sé porque, delante de alumnos impasible, es una clase, una aula de un colegio que no sé ni donde está ni a donde pertenece, pero yo soy el crío de once o doce años, al que están pegando...   La huella del olor a un puchero me trae el recuerdo de una mujer mayor con pelo blanco, estoy en una cocina de un piso pequeño. ¡Cómetelo todo!, come, que te vas a quedar como..., no sé que quiere decirme esa mujer mayor que podría ser mi padre, pero yo necesito una memoria para tener una identidad, soy un hombre sin memoria y por lo tanto sin pasado, un hombre nuevo, más tengo esa angustia de conocerme, de saber quien soy, me dice que me dispararon en la calle, pero por qué alguien se molestó en en pegarme un tiro, desde entonces he recibido amenazas en el contestador automático que me dicen que van a por mí que soy un hombre muerto; pero no será que ya estoy muerto, y reencarnado en otro hombre, porque me he encontrado con una manos que no reconozco como propias, una de las uñas parece como sin me la hubieran cortado en un accidente, le falta un trozo y cicatrizada de hace muchos años.  Un médico de cabecera, que dice conocerme muy bien, ha venido a visitarme dice que padezco una amnesia transitoria, me receta unas gotas. Una mujer morena que dice ser mi  esposa, me dice que tranquilo que no me obsesione que lo que necesito en reposo. Yo no soy capaz de recordar nada. 
                       

     7´35h. Día 15 de Enero.                        
Texto:
      -“Ramón, abre los ojos”, -repite la voz del despertador electrónico.
            -Despierto, salgo de la cama, voy al cuarto de baño y me limpio los dientes, salgo a la calle y, asombrado, me encuentro que la gente anda con las manos, boca abajo, me doy con la mano un golpe en la cabeza, cada vez tengo más complicadas alucinaciones, vuelvo a tener alucinaciones, regreso a casa y me pongo a ver el correo electrónico.
  Por muchas veces que huyas de mi cabeza, no podrás escapar de mis garras, por mucho que te esfuerzas ya no puedes escribir, ya no puedes pensar.

 


         5´32  20 de Enero

          –“Ramón, abre los ojos”, -repite la voz digital del reloj despertador electrónico.
          ­-Despierta, sale de la cama, va al cuarto de baño y me limpio los dientes, salgo a la calle y, asombrado, me encuentro que la gente anda con las manos, boca abajo, me doy con la mano un golpe en la cabeza, cada vez tengo más complicadas alucinaciones, vuelvo a tener alucinaciones, regreso a casa y me pongo a ver el correo electrónico.  Un hombre descorcha una pistola automática sobre tu asquerosa cabeza.  Queda toda la noche en la calle.




                            VII  (continuación de sueño lúcido)

                                             UN LIQUIDO COLOR WISHKY            

                
              Me llamo Thelémaco y voy a reventar:  Una mañana al afeitarme en el cuarto de aseo antes de salir para presentarme en una entrevista de trabajo, me corté en el mentón. Del pequeño corte en el mentón de Aquiles me brotó una gota de un líquido amarillo como el whisky o la manzanilla o el aceite de Frigiliana, no tenía el color de la sangre que era lo que yo esperaba que me saliera a la visa de mis manos inexpresivas, aquello lo noté caliente y espeso como la lava de un volcán y al caer a la loza del lavabo escuché un sonido agudo como el que provoca un trocito de cristal al rebotar, cuando acabé de afeitarme vi que aquello, que se suponía que debía ser una gota de mi sangre, presentaba la forma asimétrica de una bota de vino peluda en progresivo aumento y retorcimiento sobre si mismo, aquel lavabo de loza blanca se habla convertido en la cuna donde un ser extraño estaba naciendo, pero lo que más me preocupaba es que aquello indefinible había salido de dentro de mí, a través de un pequeño corte en mi cara y, sin duda, no era la primera vez que me cortaba.
Salí corriendo y agitado del cuarto de aseo y cerré la puerta sin encontrar explicaciones, no quise avisar a mi amiga para no preocuparla, sobre todo a las siete de la mañana en que ella todavía dormía, pero el ruido la despertó.  "¿Qué pasa?', me preguntó ella.  "No, no pasa nada, tranquila".  Empecé a notar un fuerte olor a alcohol metálico, pensé que aquella bota de vino, por darle un nombre, se habla apoderado del botiquín y de los medicamentos que siempre se guardan en el cuarto de aseo.  Luego escuché un golpe en la puerta, aquello no podía salir a la calle porque el cuarto de aseo no tiene ventanas al exterior, pero temí por el alcohol que es inflamable y se fuera prender la casa, una casa de campo.
Me sentía muy preocupado por lo que me estaba pasando, me temblaban las piernas de pura miedo, una flojedad se había apoderado de mis veinticinco años de hombre, y cómo iba ya a decirle a mi amiga que aquellos golpes eran de una cosa sin definir que había salida de una gota de mi sangre y ahora enjaulada dentro del cuarta de aseo, me iban a recordar lo que todo el mundo piensa de mí que estoy loco de atar, desde que me hicieron aquellas pruebas en la clínica.  Por pensé que la criatura deforme parecía  ser corta de inteligente porque no era capaz de abrir el dentro.  Los golpes ya no sólo eran en la puerta, sino en las paredes como una masa de fuerza descontrolada y enfurecida y de pronto  todo fue el sonido de un rugido de fiera desconocida, y mi amiga no dejaba de interrogarme sobre lo que yo había encerrado allí dentro, y en un acto de valentía, he de reconocérselo, ella se dispuso a abrir la puerta.
-¡Nooooooo! ni te se ocurra -grité a mi amiga en una clara advertencia, pero no hizo falta más intimidaciones porque un golpe tremendo y seco descuartizaba el espejo, a la vez que una especie de una garra arañaba la puerta del cuarta de asea de arriba a bajo.
Aquello que habla dentro era algo formidable que se había hecho gigante en diez minutos o una especie de monstruo incomprensible.  No sabíamos qué hacer.  Así que alguna decisión debíamos tomar y lo más razonable y sensato era huir de allí, así que mientras mandé a mi amiga a que fuera arrancando era  el coche para salir pintando, decido contener la puerta atando el pomo a un mueble, mientras el rugir de la cosa iba tomando cada vez más territorio y un tono desmesurado y los golpes rompían las paredes y la luz eléctrica se fue, olía a humos de carne que se quemaba.
Todo aquella era inexplicable,  tengía en mi sangres verdaderos monstruos, había destrozado la casa a golpe, y se hacía cada vez mas grnde y maligno.
Por fin mi amiga me tocó el claxon desde el coche arrancado en la puerta de aquella casa de campo que con tanto ilusión hablamos alquilado para participar de los beneficios de la naturaleza que tanta falta me hacían.  A través de la puerta de cuarto de aseo me salió una especie de miembro quemado a lo que no me atrevería a llanar mano.  De un sltio me monté en el asiento del conductor y salimos por un carril de tierras para no volver nunca más a aquel lugar.
Doctor, lo que más me aterra es saber que dentro de mí, en mis venas tengo cinco litros de ese líquido color whisky, si una sóla gota ocasionó tal destrozo qué será de la humanidad con mis cinco litros derramados.
-!Que te follen  -grité desde el coche a aquel bicha mientras la casa hula de nuestra vistar por los caminos de aquel bosque de pinos hacia un pueblo lejano.
Toda nerviosas y sin parar de comentar lo sucedido nos alojamos en la pensión "El Tuertci" de aquel pueblo tranquilo de sierra donde, según decía la gente, nunca ocurría nada y tanto era asi que la gente emigraba de puro aburrimiento.  Sin dejar de pensar en la criatura encerrada en el cuarta de aseo y sin atreverme a contarle a ni amiga que aquel bicho había salido de mi barba, empecé a mirarme en el espejo detenidamente tocándome cada centímetro para saber que era ya mismo y no una mente dentro de otra cuerpo.
Por aquellos días empecé a sentir picores por toda la alfombra de mi piel, me notaba como una ronchas pequeñitas de un color morado, me desnudé de puro picor y ve las vi como pecas por todo el cuerpo, empezando por las piernas hasta el pecho, una intoxicación queme picaba muchísimo, me metí en la ducha fria para aliviar el fuego que me salía por  mi l piel, sin duda era mi sangre revuelta, el corazón agitadísina con tanta fuerza que escuchaba los latidos en los oídos, la tension la deberia de tener a cien.  No sabia qué hacer, de nuevo teni que me iba a pasar algo malo.
                                    Compré una jeringuilla y una aguja hipodérmica en la Farmacia para sacarme un poquito de aquella mierda que tenía dentro y       ver de que mi sangre no tenía nada que ver con aquello,       con el color bermejo me bastaba.  Así que a modo de heroinómano me extra.le un poquito de sangre de la vena.  Mi sangre seguía con el color de la orina o el del whisky, todo cabreado tiré el contenido por la baftera y me acosté mientras ni amiga buscaba al dueto de la casa de campo en el pueblo para advertirle.
No me había dormido cuando escuché un ruido en la bañera, me asomé y vi que crecia una planta, por primera vez vela salir hojas a una planta como la de los guisantes, a la velocidad de esas cámaras que sacan fotos a cada hora y luego unidas las exponen de una vez, corté las hojas que salían y las tiré por la ventana pero no habla forma de parar aquel crecimiento, tras la hojas salían vainas que reventaban de guisantes, aquello era la rebelión de los guisantes, se multiplicaban como el granizo, salí a la calle y en la plaza crecían plantas de guisantes por todas partes, la gente recogía vainas dándole gracias a aquel maná, a aquella bendición de horticultura, hasta que los guisantes inundaban las calles y las plazas por miles, sillones de guisantes la ocupaban todo y entraban por las ventanas, cuadras y las puertas abiertas, enterraban a los coches y todo el pueblo parecía vivir dentro de una gran cabalaza, las gentes preocupada se encerraron en sus casas, el dueto de la pensión dijo que no había vista nada igual, nos encerramos dentro atrancando puertas y ventanas, luego empezaron a salir por los hinodoras y los desagües, nos defendiamces como podíamos contra algo que nos asfixiaba y que nuevamente habla salido de mí sangre, de dentro de mí, ¿qué me estaba pasando?, debía ser las consecuencias de aquella pruebas a las que me presenté voluntario a cambio de algún dinero en la clínica universitaria?  Ni amiga habla Ido a avisar al dueña de la casa de campo.  Ni amiga me ha abandonado porque debía tener algo.
El pueblo no era un lugar seguro, subí a la azote a para escapar por los tejados, vi como los guisante seguían multiplicándose acabarían por sepultarlo como la nieve y quien sabe sí absorbido como una invasión de leucocitos en una herida.  Escapó por los tejados y no dejé de correr por el canpa hasta que encontré una estación de tren y un suburbano que me dejó cerca de mi apartamento, alli estaría segura de lo que ne estaba pasando.
A la media hora de estar en casa me tocaron a la puerta, ¿quién podía ser?, si nadie sabía que había regresado, seria la criatura de la casa de campo, serian los guisantes, serian alguien de la clínica a donde no había vuelto en seis meses.  Me acerqué a la puerta niré a través de la mirílla y vi que era ni amiga. ¿Cómo escapastes de los guisantes?, le pregunté, y la respuesta me dejó seco y confuso ¿qué guisantes?.
-Me están pasado cosas muy raras, lo de la casa de campo la de los guisantes en el pueblo. Me desperté, salí de casa y toda la gente andaba con las manos, boca abajo.
-Estás asustado, te veo desconocida, en la casa de campo ya no vi nada, sólo oí unas ruidos y nada más.  Deberían volver a la clínica y explicársela todo al Dr. Charlot.
-Volver a la clínica, jamás, iré a un médico que nada sepa de los experimentos.
Empecé a buscar en los cajones de un aparador el libra de mi seguro de enfermedad, para buscar el teléfono de mí médico de cabecera, con la mala fortuna de que me pinché en el dedo con un alfiler de los que quedan en los cajones, hice un gesto reflejo de chupar la sangre, pero no lo hice y en el mismo canto del libro del seguro de enfermedad me lo limpié, vi que la sangre se extendía como una huella grande de tres dedos en forma de ave, luego otra huella, llamé a mi amiga para que no desmintiera mis visiones, se rompió el fondo del cajón como si algo lo hubiera pisado, mi incrédula amiga vela lo nisma que yo pero no se aterraba, lo observaba como un fenómeno curioso.  Luego sentí que algo invisible habitaba con nosotros en el apartamento, dejaba huellas en el suelo unas veces de agua o el crujir de una loseta, pero nunca un grito o un sonido, vela que algo se sentaba en el sofá dejando el hueco de un cuerpo que debía poseer una prominente columna vertebral, percibía un ser en el apartamento que olía a pescado, ne propuse cazarlo y mostrarlo a mi amiga para que se diera cuenta que no eran obsesiones mias.  Aquella era invisible pero comia, mí gato habla desaparecido, el frigorífico ne lo encontraba muchas veces abierta, la basura rebuscada, el pan mordiqueado.  Al día siguiente, encontré escamas y gelatina en el sofá, tenía una prueba, y al verlas mi amiga las guardó en una bolsa de plástico.  Estaba convencido que poco a poco aquello que dejaba huellas de tres dedos se harla visible,
Una vez lo vi detrás de mí por el espejo del cuarto de aseo, era un ser de mi estatura, piel escamosa y cabeza de dinosaurio.  Me llevé un susto de muerte y huí del apartamento, al bajar por la escalera vi a mi amiga hablar con dos enfermeros de la clinica universitaria, sospeché que venían a cazar el dinosaurio invisible pero que dejaba huellas de su existencia.  Cuando en el portal llamé a mi amiga, los dos enfermeros vinieran directamente a por mí, me cogieron de los brazos sin darme explicaciones y me netieron en una ambulancia, odiaba a mi amiga, y sospeché que ella colaboraba con la clínica, a la que yo no podía regresar. ¿Cómo líbrarne de ellos, si no habla duda de que mi sangre era un arma nueva, un arma letal deseada por cualquier gobierno, por una vez iba a utilizar ese arma en mi beneficio para escapar de la ambulancia antes de que me pusieran camisa de fuerza...



     16´25 Del día 20 de Enero

          MENSAJE   URGENTE AL LECTOR:
          Texto:
           El relato que está escribiendo el autor, es muy peligroso, puede acabar con la humanidad, más peligroso que 1000 bombas atómicas. Ten en cuenta que de a la largas todos los relatos de ficción se hacen realidad,  ahora acaba de crear un verdadero monstruo si con una gota de sangre ha pasado tantos desastres imagina cuantas gotas tienen cinco litros. No son mentiras para distraernos, son mensajes para un futuro.  Si se publica el “Sueño lúdico” será lo último que hagamos en esta vida. Por ello, amigo lector, es el momento en que has de ir al la Axarquía, al cortijo Picita Colorá y recuperar la copia impresa en poder de Edipa y, además, borrar el disco duro, ese que empieza con lo de:
                    
  “Thelémaco, abre los ojos”, -repite la voz del despertador electrónico.
    Despierto, salgo de la cama, voy al cuarto de baño y me limpio los dientes, salgo a la calle y, asombrado, me encuentro que la gente anda con las manos, boca abajo, me doy con la mano un golpe en la cabeza, cada vez tengo más complicadas alucinaciones, vuelvo a tener alucinaciones, regreso a casa y me pongo a ver el correo electrónico.

       Odiado autor, al fin me ve vengado, he logrado comunicarme con el lector y con la policía, te he delatarte, te he acusado de la muerte de Edipa, cometiste el error de matarla. Tu último relato ha sido este. Pronto te habrán detenido.  
       
            Se lo he dicho mil veces, señor inspector, yo no maté a mi amiga Edipa, sin embargo sospecho que ha sido el lector. Cuando yo salí al pueblo a por provisiones en el Land Rover ella se quedó sola en el cortijo corrigiendo la copia que hice de: “Sueño Lúcido,   busquen pruebas, el lector tiene en su poder: “El sueño lúdico”, en poder del lector, esa, es la prueba de su crimen, ¿no lo entiende?, él la mató inducido por Thelémaco, estaba en el disco duro, él cual también ha sido borrado. Sé que esto es muy difícil de entender desde la razón humana, pero es así, el lector no tiene voluntad propia, está dominado por Thelémaco, actuó bajo los dictado criminal al final le convenció para que hacerse con la copia impresa y borrar el disco duro del ordenador. Ahora lo entiendo, quien apareció en mi estudio, no era Thelémano sino el lector




12´35 h. 19 de Junio 2002
Texto:
««Ramón Fernández, el autor de esta historia real, inexplicablemente, sufrió un accidente de tráfico el 1º de Enero de 2002, al cruzar el río Vélez con una todo terreno, desde ese día, se halla en estado de coma profundo en el Hospital de la Paz de Madrid. Como podrá imaginar esta historia solo a ocurrido en la mente del enfermo.  >>
                   Un abrazo de Thelémaco.
En realidad esta historia solo ha ocurrido en la mente del lector, en tu mente, por eso tu eres el protagonista.

Todos estaban muertos