La revista PERITO (Literario-Artistico) se editó en Alicante entre enero de 2005 a octubre 2008. La revista impresa y digital dejó de editarse. Tuvo 28 números, poque empezó con el número 0.
miércoles, 14 de diciembre de 2016
"Tus zonas de éxito" un libro imprescidible de autoayuda. autobiográfico. Ramón Fernández Palmeral
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miércoles, 23 de noviembre de 2016
Fragmento del libro: "Buscando a Antonio Machado en Soria y Baeza" de Ramón Fernández Palmeral
PARTE II
BUSCANDO A ANTONIO MACADHO EN BAEZA
Carta I.
Alicante, miércoles,
20 de junio 2007
Estimado dos Antonio:
No sé qué me mueve esta vez a
escribirle, no lo sé, más que nada, creo
que es el recuerdo nostálgico de nuestra visita a Soria, el año pasado 2006,
como recodará usted por el epistolario póstumo que le dediqué, estuvimos
buscándole en Soria, con motivo del I Centenario de su llegada a la ciudad
chiquita y silvestre como una flor, y la verdad es que, entonces, encontré lo
que buscaba. Además tanto el Ayuntamiento como las autoridades soriano-castellanas
se han portada bien en este efeméride de su llega a Soria en 1907.
Ahora, en el verano del 2007,
me brota una acuciante necesidad de ponerle al día de cómo están los asuntos
machadianos en Baeza,
la Biatia de los romanos, donde vino
usted a llorar entre 1912 a 1919. ¿Recuerda que usted la llamó: «la ciudad
moruna» (CXVIII, v.1, 1913), o que era
«un pueblo húmedo y frío,/ destartalado y sombrío,/ entre andaluz y manchego/.
(CXXVIII, mayo 1914),
La bien atorreada y cercada
ciudad de Baeza renacentistas por el arráez
Audallamir de la que habla el más antiguo de los romances fronterizos
que es de 1368. Después de aquella
tragedia o catástrofe sentimental y
espiritual de la muerte de su esposa
Leonor al año de casados, usted pidió salir de Soria con toda urgencia,
alejarse del recuerdo como si esto fuera posible, solo la oración interior que
aconsejaba San Juan de
la Cruz, que también vivió aquí, es reconfortante para los espíritus
heridos. Evidentemente usted no era religioso, en cambio su poesía entra dentro de lo lírico-místico,
si cabe esta formulación. ¿O es que acaso ese Cántico espiritual entre el alma de Cristo y su esposo, cuando
escribe la silva: «¿Adónde te
escondiste,/Amado, y me dexaste con gemido?/ Como el ciervo huiste,/Habiéndome
herido./Salí tras ti clamando, y ya eras ido/». Que tiene similitudes
machadianas «Huye de la ciudad. ¡El tedio urbano! /–Carne triste y espíritu
villano!/ No fue por una trágica amargura /este alma errante desgajada y rota;
purga un pecado ajeno: la cordura,/la terrible cordura del idiota» («Un loco».
Carta II
Viaje de Alicante a Baeza, 20
de junio 2007
Estimado don Antonio:
Salimos mi mujer y escudera
Julia Hidalgo y un servidor el 20 de junio desde Alicante, después de comer,
por la tarde y por la A-31, hasta Albacete, en Albacete tomamos dirección
Balazote, por la N-332; pasamos El Jardín con sus casas bajo la montaña; Robledo,
Puerto de los Picos, donde los pinos
verdes espesean. En la gasolinera y estación de servicio de Alcaraz repostamos,
pasamos por Puente de Géneve, sobre el río Guadalimar, Gutar hasta llegar al Santuario de la Fuensanta, ya en
Villanueva del Arzobispo e hicimos un alto y una visita al Santuario que estaba
abierto. Es del siglo XIII-XIV, hay unas
vidrieras donde podemos ver la imagen de San Juan de la Cruz, que estuvo por
estar tierras en el siglo XVI, se dice que dormía aquí durante sus visitas.
En Beas de Segura, Santa Teresa de
Jesús había fundado un convento, cuya priora fue Ana de Jesús. Tras la fuga de
San Juan de la Cruz de su prisión de Toledo y ocultación en casa de Pedro de
Toledo, San Juan es nombrado prior de la casa-convento de El Calvario, antigua ermita con una fuente en
medio de la nada, al sur de Beas de Segura,
cerca del Tranco, el sitio se llamaba Cerenzuela.
En convento de El Calvario, en el año 1577,
hacía ahora 430 años, compuso San Juan, esta maravilla lírica y mística:
con ansias en
amores inflamada,
(¡oh dichosa ventura!)
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada…
En el Santuario de la Fuensanta
pregunté a unos hombres por convento de El Calvario, y me respondió que no existía,
de él solamente queda un muro, y además la carretera era estrecha, demasiado
estrecha y sinuosa, dirección al Embalse del Tranco.
A la entrada del Santuario de la
Fuensanta podemos ver un cuadro donde se encuentra el Acta de la Coronación de
La Virgen 29 de septiembre de 1956, por
bula por el Papa Pío XII. También hay un poema del poeta José María Pemán y
Pemartín.
Después de nuestra visita al
santuario seguimos la carretera Nacional, pasamos por el desvió a Ifnatoraf,
pero no subimos, lo dejé para la vuelta. Se dice que en la Iglesia de Ifnatoraf
celebró misas San Juan de la Cruz, y allí en la sacristía se encuentra el cáliz
con el que celebró las misas. Por estas tierras de Ifnatoraf estuvo en 1933 el hispanista
Gerald Brenan y su mujer Gamel, cuando se estuvo documentando para su libro San Juan de la Cruz, editorial Laia, 1973 en colaboración con su secretaria Lynda
Nicholson.
Muchos años más tarde estuvo el
periodista granadino Antonio Ramos Espejo, entrevistando a al matrimonio que
vivía cerca del extinto convento de El Calvario.
Continuamos hacia Villacarrillo, Torreperegil, Úbeda y Baeza.
Así de memoria le diré que San Juan vivió por
estas tierras jienenses por unos ocho meses, al aire libre con una alimentación
exclusiva de pan, verduras y ensaladas, no se les permitía probar frutas. Un
novicio confesó haber cogido unas cerezas, y le castigaron severamente. Cuantos
más sacrificios hacían más grato era a Dios. Escribe Gerald Brenan en la página
25 de su libro San Juan de la Cruz, que:
Los hombres de aquel tiempo creían no sólo que
las cosas espirituales eran más importantes que las materiales, sino que
también las determinaban de un modo directo e inmediato. Por lo tanto, un
convento de frailes o de monjas, cuyos ocupantes se pasaban la vida ayunando y
orando, era considerado como una especie de central energética que irradiaba
sobre todo los alrededores.
Es decir, una especie de energía espiritual
que protegía o exorcizaba a distancia a los habitantes de los lugares contra
demonios, desventuras, infortunios, brujas o calamidades.
San Juan se convirtió en el confesor de las
monjas del convento de Beas de Segura, iba los sábados, y el domingo seguía con
ellas, se sentaba en una silla alta, que todavía se conserva, y las monjas se
arrodillaban a su pie. En junio de 1579 es nombrado rector del colegio
carmelita de Baeza, compró una casa y se trasladó con tres frailes. Baeza tenía
unas cincuenta mil almas, y Universidad
desde 1538 fundada por Juan de Ávila «Apóstol de Andalucía», para formar
a clérigos.
En este periodo hizo
dos visitas al convento de los descalzos de Caravaca (Murcia). Dos años y medio
estuvo en Baeza, que pasó a Granada como tercer definidor o prior de Los
Mártires, en las inmediaciones de la Alhambra los primeros días de 1582. Visitó
Segovia, y enfermó en el convento de La Peñuela donde hoy está la localidad de
La Carolina. Enfermó San Juan de fiebres
por la inflamación de un pie, acudió al prior de Úbeda fray Francisco
Crisóstomo, el enfermo empeoró a pesar de que el cirujano le abrió la herida.
Murió el 14 de diciembre de 1591, tenía 49 años. El cadáver se trasladó a
Segovia pero se quedó en Úbeda un pie y varios dedos.
Cervantes hizo referencias indirectas a este
suceso, además de que nombró a Baeza en El
Quijote I parte capítulo XIX. Que
veremos detalladamente más adelante.
Carta III
Hotel Baeza, 20 de junio 2007
Estimado
don Antonio
Llegamos por la tarde a Baeza a eso de la
20 horas, el Hotel Baeza Monumental situado en la calle Cuesta de Prieto nº 6,
por la Puerta de Úbeda donde está la escultura en honor a los doscientos
ballesteros de la Compañía del Señor de Santiago y el Centro de Interpretación
del Renacimiento. Ya estamos ese Baeza, pobre y señora; / Úbeda, reina y
gitana… que usted cantara
peyorativamente en «Viejas canciones». Publicadas en Nuevas Canciones (1917-1930).
No conserva Baeza los lugares emblemáticos
machadianos, como aquel Hotel llamado
Comercio, donde usted se hospedó a su llegada a mediados se octubre de 1912, no
se conserva la rebotica de Adolfo Almazán, en calle San Fernando, donde usted
se reuní en aquella tertulia a la que también asistía Leopoldo Urquía, director del
Instituto, y a la que asistían las fuerzas vivas baezanas, según Francisco
Escollano, eran: don Florentino Soria, don Mariano Ferrer, don José León, Don
Juan Martínez Poyatos, don Emilio Fernández del Rincón, y otros personajes.
En esta calle San Fernando se
encuentra el mercado de Abastos con su arcada renacentista, es un mercado
pequeño, que debería ser ampliado, justo al lado se encuentra la chiquita iglesia de la
Concepción, donde en su porche se encuentra un azulejo de la Virgen de Alcázar,
patrona de Úbeda. Es que tengo que decirle que Úbeda y Baeza están hermanadas
por una historia común, aunque Baeza, es
más antigua.
Baeza está situada a 48 kilómetros
de Jaén, en la Bayyasa musulmana, ya existió como pequeño núcleo romano:
Vivatia o Biatia. El señor de Baeza fue Abd Alláh al-Bayas. En el s. XVI tanto Úbeda como Baeza acogerán
a los mejores artistas del momento como Andrés de Vandelvira, Diego de Siloé,
Luis de Vega, Juan Bautista Villalpando, Esteban Jamete, Ginés Martínez de
Aranda…
A grandes
rasgos la Historia de
Baeza la podemos leer en varios portales de Internet, porque no sé
si le he dicho que la enciclopedia omnipotente del mundo es Internet, donde
está todo lo humanamente posible. Úbeda tiene el eslogan siguiente: Úbeda el
Renacimiento al sur. Las primera referencias escritas de Úbeda
o Idubeda se documentan en la ofensiva del rey Alfonso VIII, realizando
tanto él, como la orden de Calatrava, frecuentes incursiones por el Alto
Guadalquivir, hasta que fueron frenados por la victoria del califa almohade Abu
Yusuf Ya'cub en Alarcos en 1195. Las incursiones castellanas en esta región se
reiniciaron en 1210 hasta culminar en la batalla de las Navas de Tolosa, 1212
donde fueron derrotados los musulmanes.
La frase: «Irse por los cerros de Úbeda»,
ya fue recogida en Tesoro de la
Lengua Castellana, de Covarrubias (1611). Equivale a otras
expresiones coloquiales como irse por las ramas o irse por la tangente. Todas
ellas significan: divagar, alejarse del tema central de la conversación,
disgregar el discurso con argumentos innecesarios o que no guardan relación.
Pero el verdadero momento dorado de las dos ciudades hermanas fue sin duda el
Renacimiento. Hoy, están declaradas
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 2003. Para conocer y situarse en
Baeza nada mejor que el artículo: «Baeza: una
ciudad la para Humanidad que se puede leer en el blog «Todo Baeza».
No es
difícil recuperar la memoria de su estancia en Baeza, gracia a los libros de
Ian Gibson, sobre tu biografía, Ligero de
equipaje. Otros libros hablan de su estancia en Baeza como el de Alberto
Puig Palau, de 1967, o de Antonio Chicharro Chamorro de 1992.
Después del reconfortante éxito de su Campos de Castilla en Renacimiento de
1912, y residiendo en Baeza publicó usted: Páginas
escogidas, Madrid, Calleja, 1917; Poseías
completas, Madrid, Residencia de Estudiantes, 1917; Soledades, Galerías y otros poemas (segunda edición),
Madrid-Barcelona, Calpe (Colección Universal, nº 27, 1919.
Usted
lamentó a su llegada a Baeza que no
había ni un solo periódico local, sin embargo el 11 de febrero de 1914, sale el
primer número de Idea Nueva.
Semanario reformista, dirigido el emprendedor baezano José Cejudo Vargas, nació
a los mejores intereses de la ciudad, que solo resistió dos años y medio de
vida. Lamentablemente no se conserva la
colección completa, falta números.
La
cuestión es que su estancia en Baeza fue deprimente, como se llama hoy a la
tristeza, y usted escribiría a Juan Ramón Jiménez: «Llevo ocho años de
destierro y ya me pesa esta vida provinciana en que acaba uno por devorarse así
mismo…».
No
hemos de considerar a Baeza como el resultado de sus desdichas, no era más que el reflejo de aquella sociedad
caciquil de primero del siglo XX en toda
España. Una España atrasada contra la que los intelectuales lucha por
modernizarla, de aquí nace la idea en los años 20 al 30 de un cambio radical, de una II República, que no es más ni menos
que el resultado del anquilosamiento de la monarquía, de la iglesia y la
sociedad de clases, caciquil propia de la época.
Aprovechando las nuevas tecnologías quiero
que este trabajo sea multimedia., es decir, como ampliación suplementaria gracias
a enlaces de Internet. Su Poesía completa se pueden leer en el portal Wikisource.
Al
final me he permitido hacer una recopilación cronológica de sus años en Baeza.
Yo creo que Úbeda y Baeza se podrían llamarse: «Ubadeza», por la fusión de los
dos nombres.
Por ello, aquí en Baeza nuevamente, nos
mueve le placer del viaje y de la investigación literaria. Cambiar los Picos de
Urbión o Tierras del Alvargonzález
por la Sierra de
Cazorla, que según usted denominaría «Mariposas de la sierra», ,
número CXLII, de Poesía Completas, (28
de mayo 1915)
Recordemos que usted llegó a Baeza destrozado, no era para
menos, el recuerdo de Leonor le perseguía como un fantasma, le obsesiona no
sabe muy bien cómo seguir adelante. Es otoño y el invierno debió ser frío:
Tiene
Cazorla nieve,
y Mágina, tormenta.
su
montera, Azniatín. Hacia Granada,
montes con sol, montes de
sol y piedra.
(CXXXIX, noviembre de 1913).
Está usted que se vuelve loco como lo
demuestran los poemas creados en los primeros años de Baeza, como en la estrofa:
«Es un tarde mustia y desabrida/ de un otoño sin frutos, en la tierra/ estéril
y rauda/ donde la sombra de un centauro yerra», en (Un Loco), publicado en El porvenir castellano, el 27.I.1913. El poema «A un olmo seco» se
compuso en Baeza y se publica en el mismo periódico el 20-II-1913. El poema «El
dios ibero» en esas explicaciones al Todopoderoso: «Este que insulta a Dios en
los altares,/ no más atento al ceño del destino,/ también soñó caminos en los
mares…», publicado también en el porvenir en mayo de 1913. El mar representa lo
indistinto, donde se sepulta todo lo perpetuo. Otro estremecedor poema es el CXIX “Señor, ya me arrancaste lo que yo
más quería./Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar».
Continúa publicando en la revista Lectura y escribe con tristeza
persistente a su amigo José María Palacio en Soria, a quien pregunta en un
poema:
Palacio, buen amigo,
¿está la primavera
Viendo y a las ramas de los chopos
del río a y los caminos? En la estepa
del alto Duero, Primavera tarda,
¿pero es tan bella y dulce cuando llega!...
¿Tiene los viejos olmos
algunas hojas nuevas?...
(El
Porvenir Castellano, 8.V-1916)
Expediente militar de Ceferino Izquierdo Caballero, suegro de Antonio Machado
Expediente militar de Ceferino Izquierdo Caballero, suegro de Antonio Machado, padre de Leonor Izquierdo Cuevas.
Por Ramón Fernández Palmeral.
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La vida del poeta sevillano Antonio Machado Ruiz (1875-1939) no sólo
nos interesa a los machadianos a través de su obra, sino que también
nos es aprovechable la vida de sus familiares directos o afines, amigos
y allegados. Todo ello sirve al propósito de ampliar diferentes puntos
de vista que nos acerquen a conocer zonas oscuras, dudosas o
circunstancias aleatorias que enriquezcan la vida
del universal poeta. En este caso, nos acercamos al expediente militar
de Ceferino Izquierdo Caballero, suegro de Antonio Machado, cabo de la
guardia, según su hoja de servicio facilitada por la Sección Guardia
Civil del Archivo General del Ministerio de
Interior, de fecha 7 de noviembre 2006, que consta de 6 folios.
Ceferino era el padre de Leonor Izquierdo Cuevas, esposa de Antonio
Machado, casados en Soria el 30 de julio de 1909 en la iglesia de Santa
María la Mayor. Ceferino y Ana Ruiz, la madrina de boda, tuvieron que
dar su consentimiento para celebrar el enlace, ya que Leonor tenía tan
sólo 15 años, menor de edad, ya que era la edad mínima para poder
casarse, siempre bajo consentimiento. Aquí les presento su expediente
militar, por cierto, muy movido con múltiples destinos, ascensos,
premios por reenganches y también arrestos.
Con este artículo pretendo aclarar documentalmente los datos del
padre de Leonor, un soriano, importante personaje que influyó
decisivamente en su hija Leonor para que pudiera contraer matrimonio con
Antonio, pues le dejó a ella la libre elección de casarse, ya que la
diferencia de edad entre ellos era de unos 19 años. A la muerte de
Leonor el 1 de agosto de 1912, cuando contaba 18 años, debieron romperse
las relaciones familiar por afinidad entre Ceferino y Antonio, porque
nada sabemos en cuestión. Posiblemente la instrucción y educación
militar que recibió Ceferino, le hacían ser severo con el entorno
familiar, de aquí la fama que tuvo de que era
«hombre autoritario, de mal genio, que se embriagaba con frecuencia», según Mariano Granados Aguirre (alumno de Antonio Machado), además infundía «cierto pavor».
Ceferino Izquierdo Caballero nació en Cubo de la Solana2
(Soria) el 24 de agosto de 1870. (Era cinco años mayor que Antonio
Machado, quien había nacido en 1875). Hijo de Sinforiano y Jacinta. En
la ficha le figura el oficio de fuminasta (que arregla chimeneas y
estufas). Tenía una estatura de 1.67 m.,
pelo de color castaño y ojos del mismo color, acredita saber leer y
escribir. Ingresó en el Colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoros3
(Madrid) el 20 de octubre de 1885 (a los quince años de edad). Hasta
1912 y como había pocas plazas solamente ingresaban los huérfanos de
padre y madre, de padre y o de madre, por lo tanto su padre Sinforiano
Izquierdo fue también guardia civil.
Por disposición del Excmo. Sr.
Director General del Cuerpo de 3 de octubre tuvo ingreso el 20 de
octubre de 1885 en el Colegio de Guardias Jóvenes. El 25 de agosto de
1986 fue filiado y firmó por el tiempo de doce años ante el Jefe del
Detall Carlos de Casas y Moles, se le leyeron la leyes penales ante los
testigos guardias segundos: Simón Gutiérrez García, Rafael Morales
García. Y ese mismo día se presentó
ante el Alcalde constitucional de Valdemoros Eloy L. de Lorena. El 12
de octubre de ese mismo año prestó juramento de fidelidad a la bandera.
El 18 de enero de 1888 ascendió a distinguido de 3.ª clase por su
aplicación y cualidades
, el 22 de marzo es ascendido a distinguido a 2.ª clase por antigüedad,
el 2 de agosto distinguido de 1.ª clase.
A final de agosto de 1888 fue baja por ser nombrado Guardia 2.º y
destinado a la Infantería de la Comandancia de la Guardia Civil de
Zamora, forzoso, y con derecho a pasar a la Comandancia de Soria. El 1
de septiembre de 1888, fue alta en la 4.ª compañía de la Comandancia de
Zamora (capital), al final de octubre de este mismo mes pasó a la 9.ª
compañía de la Comandancia de Soria, al puesto de Noviercas. El 21 de
noviembre de 1890, se le leyó el nuevo Código de Justicia Militar. En
julio de 1890, pasó al puesto de Arcos (Arcos de Jalón4).
El 21 de agosto de este mismo año pasó al puesto de la capital de
Soria. En 1892 llevaba seis años de servicio, pasó un reconocimiento
médico y firmó el reenganche hasta 1892.
El 4 de julio de 1893, le fue expedido certificado de soltería para contraer matrimonio con Isabel Cuevas Aceves (sic),
cuyo matrimonio se celebró el 2 de septiembre del mismo año,
posiblemente en Soria, según parte que remitió a la Dirección General
del Cuerpo (antes era obligación de los guardias pedir permiso para
casarse).
En 1893 fue instruida una causa contra él y sus compañero de pareja Gerónimo (sic)
Escudero Garrido, por un caso que no queda explicado en su ficha, pero
parece entenderse que tuvieron un altercado en el Barrio de las ¿Casos o
Cacas? [Soria], con un tal Juan Molina, el día 29 de mayo ¿...? Pero la
causa fue sobreseída, según Decreto del 18 de septiembre. Seguramente,
esto produjo la necesidad de un traslado, y el 21 de junio pasó
desde el puesto de la capital de Soria al puesto de ¿Ardrachal o
Ardachosa (hoy despoblado de la provincia de Soria, perteneciente a
Bayubas de Abajo), la ficha no se lee bien este nombre. El 25 de
septiembre fue trasladado al puesto de Ágreda. El 10 de abril de 1894,
pasó al puesto de Almenar (de Soria), donde nació su hija Leonor el 12
de junio de 1894.
En 1895, y acabado el reenganche, firmó por otros cuatro años más
con arreglo a la Ley de
1 de junio de 1877. Se le abonaron 125 pesetas por premio como primera
cuota y 475 pesetas como última cuota, al terminar el compromiso, y un
plus diario de 25 céntimos de peseta. Hallándose tan tranquilo en el
castillo de Almenar de Soria, el 1 de julio de 1898, fue ascendido por
elección por el Director General de la Guardia Civil al empleo de Cabo y
destinado otra vez al puesto de Ágreda. El 26 de agosto de 1899 firma
otro reenganche por tres años este reengache le suponía 100 pesetas más y
325 pesetas la terminar el compromiso en 1902, más un plus de diario de
25 céntimos de peseta.
En 1900, había cumplido los 12 años comprometidos desde día de su
nombramiento con guardia 2.º (1888), por lo que se le concedió el 1.º
galón de distinción por llevar 12 años de servicios. Figura en la ficha
que el año 1900 lo finalizó en el puesto de Monteagudo como comandante
de puesto del mismo, debe referirse al castillo de Monteagudo de la
Vicaría (Soria), que debió ser, supongo, casa-cuartel como también lo
fue el castillo de Almenar. En 1902, vuelve a firmar otro compromiso de
cuatro años y nuevo reconocimiento facultativo, se le pagan 125 pesetas
de la primera cuota y la 475 al finalizar el compromiso. El año 1902,
lo finalizó en el puesto de Monteagudo.
El 31 de mayo de 1903, pasó al puesto de Ciria5
. Se le autoriza a usar la Medalla de Alfonso
VIII. El 29 de diciembre de 1903, pasa al puesto de la capital de Soria
para cumplir seguramente en los calabozo un arresto de dos meses, donde
finalizó el año, por causas que se desconocen. La familia no lo debió
pasar muy bien, porque un arresto, indirectamente también lo paga la
familia. Cumplido el arresto de los dos meses el 29 de febrero de 1904
pasó destinado al puesto de Gómara6
. En 1906 volvió a pedir un reenganche por de otros cuatro años más.
Hallándose en el puesto de Gómara, cansado de tantos destinos y de la
dura y sacrificada vida militar de aquellos años, y mala paga, y viendo
poco porvenir para sus tres hijos: Leonor de 13 años, Sinforiano, de 10
años (observar que llevaba él con el mismo nombre del abuelo paterno) y
Antonia de pocos años, pide la licencia absoluta y se la conceden el 31
de agosto de 1907 (día de San Ramón Nonato). Figura anotada en su ficha y
firmada por el 2.º Jefe Accidental, Narciso Hernández Hernández.
Llevaba casi 22 años de servicio, le contaba los años del Colegio. Tenía
37 años de edad.
Después de licenciado, la familia Izquierdo/Cuevas se trasladan
desde Gómara a Soria y cuando el matrimonio Isidoro Martínez Ruiz y su
esposa Regina Cuevas Acebes, hermana de Isabel Cuevas, deciden cerrar
la pensión de la calle Collado 54, los Izquierdo abren otra pensión en c/.
Estudios, 7, esquina Teatinos a donde también se cambiará
Antonio Machado, que se hospedaba en la pensión de Isidoro, y además
acababa de llegar en octubre al Instituto de Soria con su cátedra de
francés.
No sabemos a qué se dedicó Ceferino Izquierdo, le debió quedar un
ridícula pensión, posiblemente se quedará
como conserje y recepcionista de su propio negocio; tampoco sabemos en
qué fecha falleció. Esto queda para algún investigador audaz que tenga
ganas de trabajarse el Registro Civil de Soria.
A Ceferino no le consta en su ficha un ascenso a sargento como se le
suele atribuir en los libros consultados, se quedó en cabo, la
posibilidad de un ascenso honorífico no es muy probable, teniendo en
cuenta que la licencia fue voluntaria.
Publicado en el libro "Buscando a Antonio Machado en Soria y Baeza". de Ramón Fernández Palmeral en Lulu/Francia. 2007.
DOCUMENTOS, obtenidos por Ramón Fernández Palmeral
Partida de bautismo de Ceferino Izquierdo Caballero. nacido en Cubillos de la Solana de Soria, el 26 de agosto de 1878, Hijo de Sinforiano y de Jacinta:
domingo, 9 de octubre de 2016
Crónicas malditas. Colegio de San José Obrero. Ramón Fernández
NEFASTOS RECUERDOS DEL COLEGIO SAN JOSE OBRERO. Málaga
Yo tenía
diez años cuando mi padre me metió en el colegio San José Obrero, (año 1957)
situado en calle Pozos Dulces, en el casco viejo de la ciudad de Málaga, a
espaldas de la calle Carretería. No era un internado, era peor, era un Centro de Formación Profesional, de
artes y oficios que dirigía un cura con sotana talar con mucha mala leche
llamado el padre Mondéjar, un nombre que no olvidaré jamás. Sin embargo, los
demás profesores eran laicos. Empecé estudiando el oficio de mecánico
ajustador, luego delineante proyectista, no sé muy bien por qué razón mi padre
me mandó allí, acudían acudía la peor escoria de cada barrios malagueño.
El colegio
ya no está en Pozos Dulces, lo
trasladaron de aquel dédalo de calles estrechas, viejas y angostas, en
forma de “z”; muy cerca estaba la calle
de las putas y de la iglesia de nuestro Santísimo Cristo de los Viñedos y un
convento de las Catalinas, en cuyos soportales las putas se ponía a sisear a
los clientes. Creo, que hoy en día,
este colegio está por la barriada de Carranque, pero de este colegio no tengo
ni siquiera la foto recuerdo con el mapa de España detrás de mí, como era de costumbre
en la época, fotografiarse en el despacho del director. Un día antes de que
viniera el fotógrafos nos decían a todos los niños: «Mañana
vine el fotógrafo, que vuestra madre os adecente, os lave la cara y os peine
las greñas». Aquella fotografía anual
individual a un negocio porque después había que pagarla. La verdad es que el
aseo de los demás niños dejaba mucho que desear, pero a mí mi madre me tenía
como un sol a pesar de que éramos cinco hermanos. Yo era
un tarzán y los ratos que no estaba en el colegio, me lo pasaba jugando en la
calle, porque en la casa no se cabía, y, por la maña ya te echaban afuera, a jugar a las bolas, o al
trompo. Los maestros no ponían deberes.
Mi aula
estaba en el último piso y hacía mucho calor, no en vano estábamos en la Costa
del Sol, había en la pared un cuadro que siempre me impresionó la de un hombre
con un candado que le cerraba la boca, era la señal de que allí dentro no se
podía hablar ni con el compañero. En la pared frontal el retrato de Franco y al
lado el de José Antonio, había un mapa grande de España. Recuerdo una clase de
siderurgia sobre el convertidor Bessemer que consistía en un sistema de producir cantidades mayores de acero refinado que el
proceso del crisol, pero que no nunca me enteré cómo funcionaba.
Son
recuerdos de tardes con merienda de un vaso
leche en polvo y queso de bola de los americanos, se ve que cuando los
yanquis dieron la ayuda a España estos alimentos entraba en el lote. Los domingos teníamos misa obligatoria en la
iglesia del Corazón de Jesús, a espaldas del colegio. Teníamos una cartilla
donde nos ponían un sello de asistencia, y los lunes tocaba enseñar la cartilla
y si te faltaba el sello, el propio padre Mondéjar te daba un repaso en el
salón de actos con una correa de goma larga, parecida a una correa del ventilar
de un coche, hasta que al cura parecía bien, y allí en público, sin
contemplaciones, te azotaba por pecador contra los mandamientos de la Santa
Madre Iglesia Católica y Romana, por incumplir la obligación de asistir los
domingos misa. Otras veces te azotaban
porque ibas sucio o te habías peleado con algún alumno. Una vez que falté a
misa, se me ocurrió dibujar el sello para evitar el castigo, es decir, hice una
falsificación del sellito, cuando tocó enseñar la cartilla con la asistencia estaba
acojonado, me temblaban las manos, sudaba,
y se me salía el corazón por al boca, sin embargo, logré engañar al
padre Mondéjar, y como me salió tan bien el engaño decidí hacerme pintor.
Lo peor
que tenía la iglesia del Sagrado Corazón era cuando llegaba Semana Santa, todas
las tardes nos pasábamos horas y horas y más horas sentados en los bancos
escuchando al cura en el púlpito: «La muerte de Cristo es culpa de nuestros
pecados...», y más cosas que no puedo recordar, en lo que se llamaba ejercicios
espirituales, las verdad es que cuando llegaba el Jueves Santo y las Siete
Palabras, aquello era morirse de sueño, y que no se te ocurriera tener ganas de
orinar, porque levantarte era ya un pecado de atención, algunos alumnos se lo
hacían sentados en los bancos. Yo me tuve que orinar una vez en el banco
también, era preferible esto que probar la goma. Desde que vi cómo el cura
azotó a dos niños delante de mí, porque se habían fugado al río Guadalmedina,
le tomé un miedo feroz, era para mí como el demonio vestido de negro.
En el
salón de actos, preparado con escenario de teatro y pantalla de cine, se proyectaba el NO-DO y una película censurada,
religiosa, por supuesto, y al niño angelical Marcelino pan y vino, le
habías cogido un odio mortal. Cuando
venía alguna autoridad de visita, camisa azul con chaquetas blancas había que
hacer una exhibición simultánea de preguntas (diez o doce alumnos en el
escenario y un profesor nos iba peguntando desde el patio de butacas), una
especie de demostración cerebros, sobre
los avances tecnológicos y culturales que habían logrado el profesorado con
aquellos niños descerebrados y desahuciados de otros colegios, unos días antes
nos daban la lección que nos teníamos que aprender de memoria para el día
señalado. Una vez, no sé por qué razón me escogieron a mí, y me dijo el maestro
que me preguntaría los números primos, cuando llegó la hora yo no me acordaba
de nada, me quedó la mente en blanco, y
no dije ni pío a aquellos señores de camisa azul. Quedé fatal, y humillado para siempre en la
mente y en las manos que me las puso moradas, porque, después en clase probé la
palmatoria.
Por las
tardes había clases prácticas de mecánica en el taller, por lo general, nos
encargaban fabricar una pieza geométrica de un trozo de hierro, lo diseñabas
con primero con tiza y agua, y luego le sacabas el poliedro limando horas y
horas. Un día que me despisté de vigilar la pieza, un compañero de al lado me
echó saliva sobre la pieza que tenía en
el torno, y esto es lo peor para el hierro, luego no se lima. A esta
provocación tenía que enfrentarme yo solo, el compañero era un gordo del Perchel allí no podía medirme
con él porque de lo contrario el padre Mondéjar nos aplicaría el látigo de la
goma del ventilador para medirnos las espaldas.
Me fui a casa pensando en mi venganza, la cuestión era harto complicada
de resolver, si me acobardaba los demás alumnos se iban a envalentonar conmigo
y lo peor de todo era que te llamaran «gallina o gallinita». Así que al día
siguiente en la calle, en el reñidero,
antes de entra en el colegio, nada más ver al gordo del Perchel me fui
contra él como una locomotora y lo tumbé, él se levantó con la sonrisa de
«ahora verás» con la excusa del mal pagador, y se vino contra mí, dos veces di
contra una pared, sangraba por la nariz, sin embargo, era feliz, porque aquella
sangre era el pago para hacerme respetar.
Hubo un
corrillo azuzándonos hasta que nos separaron. Pero me gané el respeto a
puñetazos, que eso pasaba casi todos los días en el reñidero, y ya nadie osó en
echarme saliva en la pieza de hierro. Cuando llegué a mi casa mi padre no
estaba, menos mal, de lo contrario me llevo otra paliza, porque mi padre nunca
estaba, mi madre se me limpió «¿Con quién
te has peleado esta vez?», me preguntó.
No recodaba ya cuantas veces me tuve que pelear para sobrevivir en
aquella mierda de colegio en el barrio de Carretería. Menos mal que a los dos
años mi padre compró una casa en Coronel Osuna y nos fuimos a vivir allí me
metió en un colegio de pago el de Don Francisco en la plaza de Humilladeros,
aquello sí que era vida, de vez en cuando un reglazo nada más. Y los alumnos
eran corderitos comparados con los salvajes del San José Obrero. Por primera vez
tuve amigos: Antonio Zorrilla y Paco Sánchez.
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