Por Ramón Fernández Palmeral
A Vicente Ramos
Notas Previas
Vicente Ramos Pérez sintió desde muy joven una gran atracción y
admiración por nuestros tres célebres escritores alicantinos: Azorín, Gabriel
Miró y Miguel Hernández, y es por este orden el seguimiento que hizo de los
llamados: “Trinidad de la palabra” según el título de un libro de Luis
Beresaluze. El propio Vicente Ramos escribe: “Y debo confesar que la semilla
prendió en mí de tal modo que Azorín alumbró, él solo, los albores estéticos de
mi adolescencia hasta que, en 1937, descubrí a Gabriel Miró, hermanándose las
dos luces, las dos voces, en mi corazón” (Nº1 Anales Azorinianos, 1983-84, p.
131). Vicente sufre los efectos embaucadores que los libros azorinianos y
mironianos ejercen
sobre el organismo y la sensibilidad, porque los sentimientos necesitan la energía y la fuerza del
lenguaje y de la palabra, y muy joven se verá arrastrado para siempre por la
"libromanía" que ilumina las zonas adormecidas del alma.
Paco Mira, Salvador Poveda y Jaime Barberá, alcalde de Monóvar, inician
gestiones, sobre 1957, con los hermanos de Azorín: Amancio, Amparo y Mercedes, y
con don Antonio Ramos Carratalá, director de la entonces Caja de Ahorros del
Sureste de España, hoy la CAM, para el nacimiento de la Casa-Museo Azorín
en Monóvar, que la adquirirá en 1961. Vicente Ramos, a la sazón director de la
Biblioteca Gabriel Miró de Alicante desde abril de 1952 que lo fue a solicitud
de Ramos Carratalá, también colaborará en esta acertada decisión de
la Caja, por adquirir la vivienda y la biblioteca familiar de Azorín en la calle
Salamanca números 4-6, que tras la realización de obras de rehabilitación y
acondicionamiento abrió sus puertas el 10 de mayo de 1969. Aunque Azorín no
deseaba que, en vida, le hicieran nada en Monóvar, de hecho, se había negado a
venir a Monóvar a recoger la Medalla de Oro de la Ciudad, según cuenta Paco Mira
(por entonces director de la Caja de Ahorros del Sureste de Monóvar), tal vez por
excesiva humildad más que por orgullo, humildad escolapia, virtud, quizás,
aprendida de sus profesores religiosos en Yecla. Aunque también
tenía sus arranques de mal carácter que le templaba su esposa doña Julia
Guinda, más práctica y
terrenal; a pesar de ello donó al pueblo de Monóvar la biblioteca familiar ampliada por
el propio Azorín, su
mesa de trabajo, su sillón y algunos muebles,
Vicente
Ramos fue el primer
director de la
Casa-Museo de Azorín (Obras Sociales de la CAM), seguramente por la
propuesta de don Antonio Ramos Carratalá, y acuerdo de la Junta del
Patronato, presidido por su alcalde Francisco Sanchís Bonatre, en sección del 6 febrero 1971,
tomó posesión el 2 de marzo de ese año con un discurso alusivo a la figura de
Azorín y Monóvar. Fue direcor hasta su jubilación en 1983, lo sustituyó
don José Payá Bernabé el 1 de enero de 1985. Anteriormente, don José Payá había
ejercido como Conservador de la Casa-Museo, desde 1/12/80 hasta 31/12/84.
Sustituyó a Pepe Albert Herrero que fue el primer Conservador de la Casa-Museo
Azorín desde 1969 hasta 1980 (Leer el artículo “Recuerdo
de un azorinista: el alma limpia de Albert”, por José Payá, donde nos
desvela el puzzle de la dirección de la Casa-Museo de Azorín, y
Pepe Albert en el
Record, de Rafael Poveda).
Estos agradecimientos y
amistad de Vicente hacia la figura de don Antonio Ramos Carratalá se
materializarán con el libro de encargo titulado Caja de Ahorros del Sureste
de España: Vida y obra de Antonio Carratalá. Alicante 1970, también le dedicará
"Nupcias del Alba" en Fábulas de la mañana y el mar (1960). La colaboración
de ideas y trabajos en simbiosis entre los dos Ramos en favor de la cultura alicantina es
una deuda impagable que tenemos con ellos.
Recientemente,
Obras Sociales de la CAM, ha creado una extraordinaria página
web de la Casa-Museo Azorín, y sin ánimo de polemizar, a mí me da la
sensación de que se han olvidado de Vicente Ramos (tiene 2 citas en Opiniones,
nada en el epistolario de esta web) y de otros azorinistas como
Valverde, Riopérez, García Mercadal, Martínez Cachero..., que estoy seguro que
con el tiempo entrarán en este portal. Si ya en 1985 en la inauguración
del Coloquio Internacional sobre Azorín en Pau se expusieron agradecimientos de
la Casa-Museo a quienes habían colaborado desinteresadamente en su creación, no
estaría demás, ahora, 21 años después volver a recordar a nombres como Ramos
Carratalá, Oliver Narbona, Salvador Poveda (verdadero artífice) y Paco
Bernabeu, director de la OBS, a Paco Mira, Pepe Albert, así como a los
alcaldes Jaime Barberá, Francisco Sanchiz Bonastre, José Bernabé Tordera, a la
familia Martínez Ruiz y a Julio Rajal Guinda, sobrino de doña Julia; más que
nada como una forma de refrescar la memoria en este fabuloso mundo azoriniano.
He de
hacer notar que esta Casa-Museo fue casa familiar de la familia Martínez hasta
1961, donde vivieron los hermanos Amancio y Amparo, pero no es
la casa donde
nació José Martínez Ruiz que lo fue en calle Cárcel número 7-9, hoy de Azorín, una
bocacalle de la plaza de La Sala. Casa que está de pena, fachada desconchada,
puerta con graffitis obscenos, y que, irremediablemente, se hará escombros
metafísicos si antes no lo
remedian. Creo que este es un tema pendiente, y debería ser retomado y anotado
en la agenda de prioridades acuciantes monoveras, por pusilámine, por las
autoridades de la Generalitat Valenciana y municipales de
Monóvar, porque no todos los esfuerzos por la cultura se pueden dejar en
manos de la entidades privadas. Recientemente la Biblioteca Virtual Miguel de
Cervantes realizó una amplia recopilación de
obras de
Azorín con motivo del IV Centenario de la I Parte de El Qujote y el I Centenario
de La ruta de Don Quijote.
Cuando en 1929 llega a las
manos de Vicente Ramos el volumen Superrealismo, tenía diez años de
edad, y comienza en Vicente un, llamémosle, “azorinianismo” o más coloquialmente
“la vena azoriniana”. Como resultado de estra atracción literaria,
escribió, al menos, que yo conozca, once trabajos que, a modo de recordatorio reseño seguidamente. Sobre estos trabajos
pretendo hacer una sinopsis o aproximación, más que un exhaustivo estudio
filológico, que
queda a merced de quienes son académicos o doctores. Quizás, hoy en día,
pocos saben que Vicente, es una de las memorias vivas más reconocidas del alicantinismo actual, si se quedaran todos los
libros de la historia alicantina, su memoria sería suficiente para recuperar
nuestro legado, además es uno de los primeros estudiosos
preocupados en realzar y situar donde se merece, la indiscutible figura de Azorín
y la de nuestros escritores en general. Es Vicente, posiblemente, uno de
los precursores de la creación del Premio Azorín Nacional de Literatura, por la
Diputación de Alicante (primero se llamó Nacional de Literatura y luego
de Novela, que editaba Aguaclara, y que pasó después a la prestigiosa Editorial
Planeta). En 1965, gana Vicente Ramos el recién creado Premio Azorín, con su libro Literatura Alicantina (1939-1939),
editado por Alfaguara, Madrid-Barcelona, 1966.
Índice
de trabajos en los que Vicente Ramos estudia la figura de Azorín:
1)
Significación
de Yecla en la metafísica de Azorín,
Alicante, 1954.
2)
Fábulas de la
mañana y el mar,
(1960), en la página 87, vemos un relato titulado: “Entre
Azorín y Salgari”.
3)
Literatura
Alicantina (1839-1939),
Premio Azorín, Madrid y Barcelona, 1965
4)
Sobre una
desconocida comedia de Azorín y texto de su «Prólogo»,
Alicante 1969.
5)
Raíces de
Azorín,
Alicante, 1970.
6)
Lo alicantino
en Azorín,
Alicante, 1972.
7) Azorín y la
eternidad, “La
Verdad” , 3 de marzo 1967
8) Azorín,
Casa-Museo,
Monóvar 1982.
9)
Cuatro cartas
de Azorín y un epílogo.
Monóvar, 1983.
10) Crónicas
parlamentarias de José Martínez Ruiz,
Monóvar, 1993
11)
Del ayer de la Casa-Museo, 2000
Análisis
de los trabajos
El análisis que pretendo hacer
de estos trabajos se debe entender como una primera cata o primeros
esbozos a mano alzada, sin otro interés que refrescar la memoria literaria
alicantina, puesto que, sin duda alguna, pretendo dejar al descubierto buenas gangas por
estudiar. También aconsejo, como una forma de complementar este
acercamiento, los libro Vicente Ramos: Alicante, de Luis
Beresaluze Galbis, ECU, Alicante, 2004 y
Semblanza de Vicente
Ramos Pérez,
del periodista
Martín Sanz, Fundación Vicente Ramos, Guardamar del Segura, 2003, donde
aparece una cronología y una bibliografía que nos ayudarán a completar las
peculiaridad de su vida y de su obra.
1.-En el ensayo
titulado Significación de Yecla en la metafísica de Azorín, Premio
Juegos Florales el 7 de octubre de 1954, es un homenaje a Azorín (no nos dice dónde se
celebraron los Juegos Florales), se editó por el Departamento de Cultura de
la Delegación Provincial de Educación de Alicante, en 1954. Imprenta Lucentum,
contiene 10 páginas. Se inicia el ensayo con un parangón entre la Yecla que conoce Pío Baroja en “Camino de
perfección” y “La Voluntad”, ambas obras publicadas en 1902. Vicente llega a la
conclusión siguiente: ”Efectivamente, sobre el espíritu atormentado de Baroja,
Yecla resbaló con tristísima fugacidad, mientras permanece y queda en el
contemplativo Azorín con sello perdurable y verdad transcendente”.
Además nos
apunta que Yecla es la ciudad de las
dos sensibilidades: la manchega y la mediterránea. Llegó Azorín a Yecla por
primera vez cuando contaba ocho años de edad, de Monóvar a Yecla fue en carro, había
seis u ocho horas de camino, y en Yecla permaneció ocho años más
estudiando en el colegio de los PP. Escolapios, que antes fue convento
franciscano. Anota Vicente que: «La vida en un Colegio de
religiosos está gobernada por cánones inexorables. Según este criterio, Los
Escolapios hacían levantar a sus alumnos a las cinco de la mañana -caso de no
obedecer, “hubiéramos perdido el chocolate”- [Las confesiones...IX La
vida en el Colegio, p.37] una vez cumplido el aseo, bajaban a
la capilla y oyen misa».
Misa diaria, que
indudablemente forjarán su espíritu, y "le acostumbran a inquirir con humilde
sencillez, y, sobre todo, le desarrollan su amor por el paisaje, fenómeno éste
idéntico al que se produce en Gabriel Miró, siendo colegial en Santo Domingo de
Orihuela".
Otra
de las causas ciertas que Azorín alega sobre al amor a la Naturaleza son
las continuadas contemplaciones, durante ocho años, de la repetida escena de la
vega yeclana desde la ventana del estudio, desde su pupitre, llevado más que
nada por una ansias de libertad, propia de un infante en un colegio interno y
encima de religiosos. Desde esta comtemplación forzosa del paisaje de la
vega, más los deseos de huida, aprendió Azorín a describir los colores del paisaje con los lápices de su imaginación,
y el deseo irrenunciable de volar
y nos los afirma: "Y esta visión continua ha puesto en mí el amor a la
Naturaleza, el amor a los árboles, a los prados mullidos, a las montañas
silenciosas, el agua que salta por las aceñas y surte hilo a hilo los
hontanares". (Las confesiones... p.42). Del padre Carlos Lasalde, sabio
arqueólogo, guardaba "un recuerdo dulce y suave".
Vicente
Ramos nos hace un
exhaustivo análisis de La Voluntad, del que nos dirá que es un libro
yeclano por excelencia, a pesar de las discrepancias sobre novela o no novela,
que tiene poca importancia, según Vicente. Ciertamente es una novela teñida de
naturalismo, en la que no hay fábula, porque el propio Azorín dijo que la vida
no tiene fábula. Es una novela donde el autor, cuaderno en mano pinta la
realidad que le circunda con detenimiento en los más mínimos detalles,
orfebre de la palabra, a la vez, la somete a la máxima elasticidad,
como excusa para exponer su más íntima biografía.
Describirá el impacto que le
causó en su niñez la ciudad “mística y visionaria” de Yecla en José Martínez
Ruiz, donde realizó el bachillerato con los escolapios, y de cuya ciudad nos
hablará en Confesiones de un pequeño filósofo, y en La Voluntad,
entre otras obras azorinianas. Finaliza el ensayo diciendo que José Martínez
Ruiz «depositó en su alma los cimientos de los tres grandes pilares de la
metafísica: Tiempo-Muerte-Eternidad. Y por añadidura –no hay que olvidar-, el
sentimiento del paisaje, el otro factor decisivo de su estética».
Vicente Ramos le envió un
ejemplar de este ensayo a Azorín, quien le contestó en carta:
«Madrid, 23 septiembre
1954.- Sr. D. Vicente Ramos.- Mi querido amigo:
muchísimas gracias. Su trabajo es primoroso; ha escrito usted una monografía
veraz. La he leído con emoción. Refleja usted en esas páginas el ambiente y la
personalidad.- Cordiales saludo.-Azorín, C. Zorrilla, 21».
2.- En Fábulas de
la mañana y el mar (Libro de Alicante), Instituto de Estudios Alicantinos,1960,
contiene 41 composiciones de prosa poética, bellísimo libro, que es un
recorrido por la memoria y algunos lugares de la provincia de Alicante.
Abre el libro una cita de Azorín: "La esencia es lo que importa".
Encontramos en la página 87, el relato titulado: “Entre Azorín y Salgari”,
donde un niño, Alone, con nueve años leía correctamente páginas de
Cervantes o de Amicis, y escribía bocetos de cartas dirigidas a su queridísima
tía Rafaela, maestra en un pueblo castellonense. "Fueron epístolas breves,
candorosas y emotivas". Escribe en una mesa peana de un gran Cristo en cruz,
al que preguntará con candorasa misticidad de qué le podía escribir a su tía. Son recuerdos de cuando su
"tía Rafaela: rosa huérfana de caricias, lirio desvanecido", le traía libros en
verano, pero en el último viaje no le trajo a Salgari, forjador de
ilusiones, sino a Azorín con Superrealismo. Pero una mañana
"matineó la muerte" y ya no le escribió más cartas a su tía.
Nos comenta Vicente
Ramos en su artículos «Cuatro cartas de Azorín y un epílogo», Anales
azorinianos, nº 1, 1983-1984, pág. 130, su afición a la lectura de Azorín:
"En
Fábulas de la mañana y el mar (1960) evoca la queridísima e imborrables
figura de mi tía Rafaela, maestra de primera enseñanza, a la que debo mi primera
lectura de Azorín…" Cuando contaba Vicente diez años de edad, bebe en las
páginas de Superrealismo, luego rebautizado con el nombre de El
libro de Levante, donde inicia su verdadera vocación literaria.
Cuando Vicente contaba
dos años de edad murió su madre, y su padre contraerá segundas nupcias con doña Joaquina
López Gil (profesora en Novelda), que fue un gran apoyo para él. La visita a
Guardamar del Segura para el traslado de los restos de su madre y su hermana
Rosario al nuevo cementerio, le causará una gran conmoción y sentimiento, y, le llevará a
escribir el poemario Destino de tu ausencia, dedicado a su madre,
poemario de quien Carmen Conde diría que "es un breviario de rezos hondísimamente proclamados
en poesía. Si hubo un poeta en lengua española que pronunciara con reverencia
ejemplar, con unción, la palabra madre, llevándolo por escalas de
sombras a la absoluta luz, se llama desde hoy Vicente Ramos". Al mimo y cuidado del
niño huérfano, acuden otras mujeres de su eterno familiar, su abuela y sus tías
Carmen y Rafaela, es esta última a la que le guardará gran cariño, “maestra de
primera enseñanza, a la que debo mi primera lectura de Azorín” (Cuatro Cartas
de Azorín y un epílogo. A.A. nº1 , pa. 130), y también le trajo libros de
aventuras de Emilio Salgari. Y es a su tía a la que recuerda y parece la
destinataria de Fábulas de la mañana y el mar. También describe Vicente
a su tía Rafaela como que era una mujer apaciguada, rosa huérfana de caricia,
lirio desvanecido, melancólica voz.
El libro de Fábula de la
mañana y el mar, contiene 152 páginas, escrito en tercera persona. Recuerdos,
impresiones y paisajes, cuyo protagonista
es el niño Alone, espejo de Vicente Ramos. Nombre que el autor toma para recordarnos la colonia griega
Alone fundada por los masilenses, como se puede ver en el yacimiento del
Cabezo Lucero de Guardamar del Segura, ya que Vicente Ramos nació en Guardamar
en 1919, donde tiene una calle y una Fundación que llevan su nombre.
3.-
Literatura Alicantina (1839-1939),
(Premio Azorín de Literatura
de la Excm. Diputación Provincial de Alicante, 1965), editado por Alfaguara,
Madrid. Barcelona, 1966. Le dedica a Azorín las páginas 165-171, dentro
del capítulo "Novecentismo. A) Escuela de Monóvar". Nos dirá sobre Azorín
“que es la voz más genuina y gloriosa de este Alicante…, ébriamente enamorado de
su tierra”. Y el texto se va componiendo de citas de Azorín, demostrando,
fehacientemente, que le ha leído con verdadera entrega, a través de una dolida
sensibilidad, porque todo exceso de sensibilidad es dolora, como dolorosa en la
frágil belleza que el tiempo, lúcido e inmutables se encarga de cambiar. Son
meditaciones sobre la minuciosa descripción del paisaje azoriniano. Nos explica
los cuatro colores fundamentales que distingue Azorín: el cabellado (verde),
cerúleo (azules), el citrino, (verde limón), el cinéreo (el gris tenue de
ceniza). Nos hace comentarios de El libro de Levante (antes
Suprarrealismo), sobre las tierras alicantinas, las mujeres, el mar
“greco-latino”, y la influencia arábiga. Es Alicante inspiración para Azorín,
como lo demuestra la obra para teatro radiofónico titulada “Ifach” de 1933.
Indica Vicente que Azorín hace alusión a Alicante en Una hora de España,
discursos de ingreso en la Real Academia de la Lengua del 24 de octubre de
1924., y así se lo hace saber al alcalde de Alicante, agradeciéndole su
felicitación. Finaliza el trabajo con una amplia bibliografía fundamental
azoriniana.
4.- En Sobre una
desconocida comedia de Azorín y el texto de su prólogo, publicado en la
revista del Instituto de Estudios Alicantinos, nº 1, enero 1969 pp.11-18, nos
hace Vicente una introducción al teatro de la década surrealista azoriniana,
para confirmar que “el artista intelectual adopta una actitud de franca rebeldía
–dadaismo-, encauzada, a partir de 1924, en el surrealismo”. Es un tiempo
complejo de influencias freudianas y el descubrimiento del subconsciente, del
onirismo y del surrealismo, donde
“el alma se entrega al romanticismo del sueño metafísico”. Porque en realidad el
surrealismo florece en al campo de lo onírico. Al preámbulo del artículo lo
titula el “Clima”. La desconocida obra azoriniana es “Ifach”, como el mítico
Peñón de Calpe, una de las columnas de Hércules, y que en la obra teatral radiada es el
nombre de un viajo capitán de navío, vuelto desde el mar a la soledad de alta
Aitana. “Ifach” se estrenó radiada en la Emisora “Unión radio”, de Madrid, EAJ
7, en la noche de 4 de abril de 1933.
También nos hace Vicente
una relación de todas las obras teatrales de Azorín hasta 1933. Las
referencias bibliográficas a la obra teatral “Ifach”, son dos: una es un comentario de Ángel
Valbuena Prat, en su Historia del Teatro Español, Barcelona, 1956. La
segunda referencia es de Juan Chabás, natural de Denia, en el diario “Luz” de Madrid de 6 de abril
de 1933.
Para el estreno de
“Ifach”, Azorín escribió un prólogo que no aparecía en ningún volumen de Azorín,
y, Vicente, con el objetivo de que no se perdiera, nos los transcribe completo en
este artículo, que acaba: “En líbranos del pecado original -la violencia, la
propensión a la violencia- está la salvación del mundo”. Madrid, 30 de marzo de
1933.
5.- Raíces de
Azorín, Instituto de Estudios Alicantinos, 1970. Contiene el
texto de la conferencia inaugural del Homenaje Nacional a Azorín, pronunciada en
el Casino de Monóvar, 13 de enero de 1968. Consta de 44 páginas. Dividido en
nueve capítulos titulados: I Suelo y cielo. II Un olor. III
El calor. IV Aquí y ahora. V El mar. VI El carácter. VII Filosofía. VII La
Naturaleza. IX La "terreta". El estilo. Para finalizar con una cita de Azorín "
El estilo es la tierra. Yo se lo debo todo a la tierra".
Un trabajo donde
Vicente trata de verificar la raigambre alicantina de Azorín, y confirma que el estilo de
Azorín se debe a este suelo, a estos olores de jazmines, benignidad del clima mediterráneo,
la filosofía de la vida, la tierra como origen de su estilo. Un
trabajo impecable donde abundan las citas de Azorín.
6 -
Lo alicantino en Azorín. Instituto de
Estudios Alicantinos, nº 8. Alicante, 1972, (pp.7-19). Este título aparece
también en la bibliografía de Semblanza de Vicente
Ramos Pérez,
del periodista alicantino Martín Sanz.
Vicente Ramos nos hace una recopilación de los textos donde Azorín hace
referencias a Alicante, a Monóvar o al Levante. Pero en cierta al inicio del
artículo situlmente se lamenta que fue Castilla donde los escritores de la
Generación del 98 "ofrendaron gran parte de su tiempo". Nos hace referencias a
los libros del maestro: Tiempos y Cosas (1941), a Memorias
Inmemoriales (1946), recoge de este libro la frase. "más amor que yo
tengo a mi cuna no podrá tenerla nadie a la suya." En el libro El
paisaje de España visto por los españoles (1923) y que pasó a Tiempo y
paisaje. Visión de España, 1968, hay verdadera poesía pura azoriniana
"sobre el horizonte, de una limpieza maravillosa, resaltan estas montañas
desnudas que parecen de cristal. Sentimos ganas de pasarle la mano suavemente por
las cumbres, como a un animal se le pasa la mano por el cerro" (p.12 de Vicente
Ramos). Ramos nos dice que Alicante es para Azorín "el paraíso de grises,
en este edén para el ensueño y deliquio (sic) [delirio] de las almas, todo es
dulce y suave para el espíritu y para el tacto..." Notas de A voleo.
Y por supuesto los comentarios que Azorín dedicó a Sigüenza de Gabriel
Miró.
A Alicante le dedicó Azorín un artículo que comienza: "La última impresión que
tenemos de Alicante es la siguiente: era la primavera; el día estaba claro; en
las primeras horas de la tarde tomamos el tren para ir a Murcia...". que
podemos leer en la pág. 92 del
libro ilustrado Tierra y Alma de Mediterráneo, con selección y prólogo de
Andrés Amorós, Ayalga/ediciones, Asturias, 1994, además podemos encontrar varios textos
de Azorín y otros autores alicantinos y valencianos que hablan del Levante.
También hace referecia Azorín al Levante en el prólogo que
dedicó al libro de Rafael Coloma Payá.
Azorín es absorbido como
la boira sobre el Mediterráneo sorollesco, para, luego devolverlo en otro cuerpo
hecho de palabras sensibles y azorinianas, transformado en nubes como alimento
de la hierba sobre Aitana.
También
es verdad, en mi parecer, que hay múltiples referencias a Alicante en la obra
azoriniana, sin embargo, la alusiones directas hay que buscar con lupa las
referencias a esta tierra ducel al tacto, aunque hay meritorias referencias
poéticas, como "un hálito de la divina Grecia (Azorín. O.C. VI, 993). Vicente no
dice en la página 9, que "El gran escritor de Monóvar ha dejado patente un
muchas ocasiones la admiración y el amor que siempre sintió por tan querida
provincia".
7.- Azorín y la
eternidad, es un artículo de Vicente publicado en “La Verdad”, como de
despedida el día después del fallecimiento del maestro, ocurrido en Madrid el 2 de marzo de 1967.
Empieza el artículo: «Inspirándose en la lectura de Azorín, glosándola
metafísicamente, José Ortega y Gasset afirmó que todo arte «es siempre una
aspiración a divinizar las cosas, dotándolas de los atributos peculiares del Ser
Supremo». Vicente dice que Azorín hizo de España su tema constante poniendo
al descubierto de su esencia más permanente, y sus cualidades más
trascendentales. Efectivamente, España es el tema predilecto de Azorín, a
través de su Castilla, los comentarios sobre Cervantes "Con permiso de los cervantistas"
y otros ensayos.
8.-En el folleto
Azorín: La Casa Museo, publicado por la Casa-Museo de Museo,
Monóvar,
Caja de Ahorros de Alicante y Murcia, 1982, aunque está impreso en
Novelda,
5.000 ejemplares. Consta de 24 páginas, no numeradas. La portada la
ilustra un
dibujo esquematizado caricaturesco de Azorín con abrigo y sombrero,
autor con
firma ilegible, dedicado: “Al gran Martínez Ruiz”. El libro contiene: A)
Una breve
biografía de José Martínez Ruiz, firmada por Vicente Ramos. B) Orígenes
de la Casa-Museo. En la que se nos
explica que «La casa, enclavada en los números 4 y 6 de la calle
Salamanca, fue
heredada por María Luisa Ruiz Maestre, madre de Azorín, de su tía Loreto
en
1875». Nos explica que la biblioteca familiar, mesa de trabajo, sillón y
muebles fueron donados por Azorín a Monóvar, y al fallecer doña Julia
Guindo
Urzanquí en 1974, se incorporaron recuerdos personales e incluso la cama
donde
falleciera el maestro de escritores. En 1975, Julio Rajal, sobrino y
heredero de
doña Julia donó más objetos personales así como la biblioteca particula
con más de 10.000 volúmenes. C) Composicón y distribución de las tres
plantas de
la casa, donde hay un retrato de Genaro Lahuerta, que era profesor de
pintura en San Carlos de
Valencia, y un busto del escultor valenciano José Palacios de 1930, un
óleo de
Aureliano Beruete. D) Una muy amplia aunque incompleta bibliografía de
José Martínez Ruiz
(Azorín), en la que figura una relación de 96 obras.
Esta obra
ofrece al lector un amplio conocimiento no sólo de la Casa-Museo y del
escritor, “sino también de su época y de la literatura contemporánea”.
9.-En Cuatro cartas
de Azorín y un epílogo, Anales Azorinianos, nº 1, 1983-84, Casa Museo de
Azorín, Monóver, Alicante. Pp.130-134. En este artículo nos encontramos con una
introducción, donde nos confiesa, que en su libro Fábulas de la mañana y el
mar (1960), en el apartado "Entre Azorín y Salgari" donde evocaba la queridísima e imborrable figura de su tia Rafaela,
es a la que debe sus primeras lecturas de Emilio Salgari,
y luego la "magia de Azorín. Prodigio bellísimo de la palabra. Superrealismo, libertando la
evocación del niño. Alumbramiento”. Superrealismo fue
presentado en un acto
celebrado por el Ayuntamiento de Monóvar el 2 de febrero de 1930, luego se
llamará El libro de Levante.
En este artículos nos
comenta Vicente Ramos su relación epistolar con Azorín, que fueron cuatro cartas
que recibió del maestro que guarda como un verdadero tesoro. La primera es una carta datada
el 23 de septiembre 1954, agradeciéndole que le enviara el ensayo
Significación de Yecla en la metafísica de Azorín. La segunda
carta es la
negativa de Azorín para hacerle el prólogo al libro Vida y obra de Gabriel
Miró, alegando que “Prólogo formulario no quiero hacer”, datada el 10 de
enero 1955. La tercera carta se refiere a la recepción del libro Vida y obra
de Gabriel Miró, fechado el 11 de junio de 1955. La cuarta carta, se
debe, a con
motivo de haber ganado Vicente el Premio Azorín por la obra Literatura Alicantina
(1839-1939), le envía un ejemplar con la siguiente dedicatoria: «A Azorín,
maestro de la palabra; ejemplo de amor a España, a su espíritu; luz egregia de
la alicantinidad. Con predilección fervorosa». Azorín le contesta con carta de
fecha 28 de febrero de 1966, donde hace la observación sobre su profesor de
Derecho Político, don Eduardo Soler Pérez le creía nacido en Relleu, cuando, en
realidad según Vicente nació en Villajoyosa en 1845.
Y en III Epílogo, nos
aporta el artículo Azorín y la eternidad, como el mismo dice a “guisa de
epílogo”. Donde hace una síntesis de sus recuerdos sobre Azorín
10.-En Crónicas
parlamentarias de José Martínez Ruiz, Anales Azorinianos nº 4, Monóvar,
1993. pág 211-249. En este largo artículo Vicente destaca “el abandono [de
Azorín] del federalismo de Pi y Margall para instarse en el conservadurismo de
Maura…”. Y expone detalladamenmte, la hasta entonces, ignorada
crónica parlamentario de Azorín, divide el trabajo por legislaturas. En el
apartado A) nos hace referencias a la legislatura de 1907
a 1909, cuando Azorín salió Diputado a Cortes por Purchena (Almería) con 5.065
votos, ocupaba el escaño en la parte central del Congreso, debajo del reloj. B)
Legislatura de 1914 a 1916, fue proclamado a Diputado a Cortes por el distrito
de Puenteáreas (Pontevedra). C).- Legislatura de 1916 a 1917, Azorín es elegido
Diputado por Sorbas y nombrado Subdirector del Ministerio de Instrucción Pública
y Bellas Artes. D) Legislatura de 1918, reelegido por el distrito de Sorbas el
28 de febrero de 1918. E) Legislatura de 1919 a 1920, es reelegido Diputado por
Sorbas con 5.360 votos, y también subsecretario de Instrucción Pública y Bellas Artes.
Nos transcribe Vicente
Ramos la intervención de Martínez Ruiz que figura en el diario de sesiones del
31 de julio de 1919, y sobre el caso del Sr. don Pedro del Pino, médico por la
Universidad de Santiago de Cuba y que ejercía en Fregonal de la Sierra. Y acaba
este artículo de Crónicas Parlamentarias…, con notas bibliográficas que
aportan nuevos documentos azorinianos parlamentarios.
11.- Del ayer de la Casa
Museo. Artículo publicado en el Boletín Informativo de la Casa-Museo
Azorín 7/9, junio-octubre 2000, donde se recoge el discurso que pronunció
Vicente en el acto de la toma de posesión como Director de la Casa-Museo,
celebrado en el Ayuntamiento de Monóver el 2 de marzo de 1971 (cuarto año de la
muerte de Azorín). Previamente, con fecha 6 de febrero de 1971, la Junta del
Patronato de la Casa-Museo, presidida por don Francisco Sanchíz Bonasto, alcalde
de Monóvar, tomaron el acuerdo de nombrar director de la Casa-Museo, al
Doctor en Filosofía y Letras don Vicente Ramos Pérez, bajo la cláusula: "el cual
reune, a la vez, la condición de ser Director de la Biblioteca Gabriel Miró, de
la Caja de Ahorros del Sureste de España, en Alicante..." Acuerdan que la toma
de posesión se celebraría el día 2 de marzo de ese mismo año.
El acto, según el artículo
de Vicente Ramos, estuvo presidido por don Enrique Ballenilla Fajardo, delegado
provincial del Ministerio de Educación y Ciencia, acompañado el alcalde ya
mencionado y distintas autoridades.
El dicurso se colma con
alusiones al matestro del realismo minucioso y complejas emociones, y, comienza
el discurso encumbrando a Monóvar como localidad de nacimiento de José
Martínez Ruiz, tomando un párrafo azoriniano donde escribió el maestro que
"Monovar había de ser el preferedo por el jazmín", esto es una clave que el
magisterio de Vicente nos descifrará con sus sutilezas, donde desarrolla
la delicada sensibilidad y sugerencias de Azorín, al comparar su pueblo con el
color blanco "pura y clara inteligencia", y también lo gris, color preferedido
para designar el edén del Levante. Y Ramos alude también a José Ortega y Gasset
que se había inspirado en Azorín para definri el arte "es siempre una
inspiración a divinizar las cosas..." Porque, la belleza es crear algo que está
más allá, supone aspirar a la revelación.
Nos dice Vicente: "Es
Azorín el que permanece, sin tiempo ya, eternizando la casa y, cone lla, la
ciudad y su paisaje. Si la silla es esperanza, el saber, por su parte, se
entreña en el libro, y la inmemorial memoria (en alusición al libro Memoria
Inmeria,1946) alumbra, fúlgida, en los epistoralios". Porque en definitiva,
adonde nos quiere llevar Vicente en su discuros, es a la obligación de
futuras generaciones en mantener en esta Casa-Museo, descanso del naugrafos, "el
espírituo de azoriniano".
Y si hoy tenemos el
palacio espiritual de la Casa-Museo, mañana debemos tener en pie la Casa Natal
de la calle Cárcel 5 (Hoy Azorín 7/9).
Conclusiones
“Y
para finalizar esta pequeña antología de un tema que, por su trascendencia,
merece estudio exhaustivo”, transcribo las propias palabras que Vicente
Ramos puso para dar por acabado Significación de Yela en la metafísica de
Azorín, p.10. Es decir, que mi presensión al escribir este artículo ha
sido tan sólo orientativo, para poner en conocimiento de los azorinistas,
un relación que no se debe pasar a la ligera, la de
Azorín con Vicente Ramos, y la de otros muchos nombre de monoveros artífices de
la Casa-Museo de Azorín.
No podemos dar por acabado
este opúsculo sin recordar que Vicente Ramos Pérez historiador, poeta, filósofo,
glosador, es impulsor de los estudios
azorinianos, mironianos y hernandianos en Alicante. Más la fundación de revistas literarias
como Arte Joven (un número) en 1939. Intimidad Poética, junto a
Manuel Molina y Rafael Azuar 1943. Sigüenza, concebida como homenaje a
Gabriel Miró en el decimoquinto aniversario de su muerte. Verbo, 1946. Un suplemento
literario bautizado como Ifach, germen de la colección de libros
Leila, 1949. Mensaje Literario
con los compañeros del
desaparecido Ateneo. Bernia, 1951-52. Se pondrá al frente de la revista
Idealidad, publicada por la Caja de Ahorros 1952-84. Autor de imprescindibles libros de
historia de
la provincia y capital de Alicante, y de sus instituciones, como la Caja de Ahorros
CAM,
el Teatro Principal y actualmente trabaja sobre la Historia de la Diputación de
Alicante.
Nota
de agradecimiento.- Este trabajo no hubiera sido posible sin el archivo de
Gaspar Peral Baeza y la Biblioteca Gabriel Miró.
Referencias.- Bibliografía de Azorín
por orden alfabético de títulos y años
Alicante, 10 de Mayo del 2006
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